GEMA ROMERO.- Coincidiendo con el Día Internacional de las Matronas, Naciones Unidas (a través del Fondo de Población – UNFPA), la Organización Mundial de la Salud y la Confederación Internacional de Matronas han publicado el informe sobre el Estado de las matronas en el mundo. Sus conclusiones son abrumadoras: el mundo se enfrenta una escasez de unas 900.000 matronas. Además, la pandemia del COVID-19 no ha hecho más que exacerbar estos problemas, al haber eclipsado las necesidades de salud de las mujeres y los recién nacidos, debido a la respuesta a la pandemia y el despliegue de estas profesionales en otras áreas de servicios sanitarios.
Según el informe, que analiza los datos de 194 países, entre ellos España, la fuerza laboral de estas enfermeras especialistas asciende a 1,9 millones, aproximadamente dos tercios de lo que se necesita para atender de forma adecuada a las mujeres y su salud sexual y reproductiva.
Para los autores del informe “la falta crónica de inversión en matronas pone de relieve cómo las necesidades de las mujeres y las aptitudes de una fuerza de trabajo principalmente femenina suelen ser descuidadas por los responsables de la ejecución política y los sistemas de salud”.
Resultados trágicos
Los resultados de tal descuido son a menudo trágicos, y adoptan la forma de mala salud, muerte materna y neonatal, lesiones o mortinatalidad. A pesar de una disminución constante de las muertes maternas y neonatales desde 1990, cientos de miles de mujeres y recién nacidos siguen muriendo cada año durante el embarazo y el parto. Se estima que 289.000 mujeres y unos 3 millones de recién nacidos murieron sólo en 2013 – la gran mayoría de complicaciones y enfermedades que podrían haberse prevenido con una atención prenatal adecuada y la presencia de una partera capacitada durante el parto.
Por otra parte, el pleno apoyo a las matronas podría evitar el 67 % de las muertes maternas, el 64% de las muertes de recién nacidos y el 65 % de los mortinatos, lo que salvaría aproximadamente 4,3 millones de vidas al año, según un análisis realizado como parte de este informe y que ya publicó The Lancet.
Inversión
Para que las matronas logren su máximo potencial, “se necesitan inversiones audaces por parte de los gobiernos, los responsables políticos, las autoridades reguladoras, las instituciones educativas, las asociaciones profesionales, las organizaciones internacionales, las asociaciones mundiales, las agencias donantes, las organizaciones de la sociedad civil y los investigadores a nivel nacional, regional y mundial”, sostienen en el informe.
Por ello, “es hora de que los gobiernos reconozcan la evidencia relacionada con el impacto vital y de promoción de la vida que aporta la atención dirigida por parteras”, evidencia Franka Cadée, presidenta de la Confederación Internacional de Matronas.
Además, se pronostica que en muchos países, incluidos los países de ingresos altos, faltarán profesionales sanitarios para atender las necesidades de la población femenina para 2030.
Impacto del COVID-19
La pandemia de COVID-19 ha reducido significativamente la fuerza laboral de las matronas. En muchos lugares no han recibido suficiente equipo de protección personal. Sin embargo, han seguido trayendo bebés al mundo y prestando cuidados a pesar de las tensiones del sistema de salud y los riesgos para su salud personal.
“El mayor desafío fue convencer a las mujeres y niñas de que usarán mascarillas y cumplieran las medidas preventivas frente al COVID-19”, expone Hawrin Yousif, una partera de 27 años en el campo de desplazados de Khazir, en la región del Kurdistán, en el norte de Iraq, cuyo centro centro de salud reproductiva está sostenido por el UNFPA, con fondos de Canadá y Suecia. “Estamos decididas a ayudarles a mantenerse seguras y saludables. Mis colegas y yo fuimos de puerta en puerta visitando a las familias y explicándoles por qué era necesario acatar las medidas preventivas”.
“Debemos aprender las lecciones que nos enseña la pandemia”, declaró el Director General de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, “mediante la ejecución de políticas y la realización de inversiones que proporcionen mejor apoyo y protección a las parteras así como a otras y otros trabajadores de la salud”.
Además de pedir inversiones en educación y capacitación, el informe destaca la necesidad de mejorar el entorno de trabajo de las parteras e incluirlas en las funciones de formulación de políticas y liderazgo.
Situación en España
El informe, que incluye datos desglosados de los 194 países estudiados, no deja en buen lugar a España, situado entre los países con menos matronas del mundo, con 1,98 de estas profesionales por cada 10.000 mujeres en edad fértil. Ello nos sitúa en el mismo grupo que países como Rumania o Moldavia, en el ámbito europeo, o Marruecos, Mauritania, Libia, la República del Congo o Afganistán en el resto del mundo.
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