MARINA VIEIRA.- Según un estudio publicado por el BMC Medicine Journal, en numerosas ocasiones las aplicaciones de E-Salud mandan información personal encriptada de los usuarios, esta situación podría poner peligro su privacidad.
Las Apps de salud son un tema de actualidad. Los datos así lo revelan, se estima que un millón y medio de usuarios de Smartphone tienen una App de salud instalada, número que se prevé triplicar en los próximos tres años. Además, un tercio de los médicos han recomendado una app a un paciente, según datos del BMC Medicine Journal.
En España no existe ningún organismo oficial de salud que regule qué aplicaciones son respetuosas con los datos clínicos de los usuarios que se las descargan, al contrario de lo que ocurre en Inglaterra donde existe la NHS Health App Library, organismo que realiza una valoración sobre la seguridad clínica y su conformidad con la Ley de Protección de Datos.
Sin embargo, estos registros han resultado insuficientes para garantizar la privacidad de los usuarios. El estudio antes citado, realizado por investigadores del Imperial College de Londres y la Escuela Politécnica de Francia, ha revelado que de las 79 Apps que se encontraban registradas en el servicio, 38 contaban con una política de privacidad que no diferenciaba si la información transmitida era personal o sanitaria. Kit Huckvale, investigador principal del estudio, ha mostrado su sorpresa al descubrir los resultados de este estudio.
En palabras de Higinio Salgado, enfermero experto en nuevas tecnologías, “los usuarios no son conscientes realmente de los datos que están aportando a las apps que se descargan. Hay que tener especial cuidado con los datos que se entregan, se debería ser consciente de que esos datos, en muchas ocasiones, son datos clínicos”.
La utilidad de estas aplicaciones es indudable, resultan de gran ayuda para pacientes, deportistas o personas que quieren llevar un estilo de vida más saludable. Por parte de los expertos, se recomienda un uso responsable y consciente de ellas, leer su política de privacidad, conocer si se están concediendo permisos para compartir datos personales con terceros y aumentar la prudencia cuando se trata de datos clínicos.
Para construir un futuro en el que los pacientes puedan confiar en las apps médicas, se necesita concienciar a los usuarios de que los datos clínicos que se entregan pueden ser compartidos con terceros y extremar la precaución con la información que se comparte.