RAQUEL GONZÁLEZ ARIAS.- Clara Ferrero es la enfermera responsable del Laboratorio de Electrofisiología Cardíaca Unidad de Arritmias del Hospital HLA Universitario Moncloa. Junto a ella, integran esta Unidad otras cuatro enfermeras y dos auxiliares, que bajo la dirección del cardiólogo Jesús M. Paylos, se han convertido en referente internacional en el tratamiento de pacientes que sufren fibrilación auricular con la técnica de crioablación de venas pulmonares, una técnica en cuya implantación han sido pioneros en España. Clara Ferrero nos guía en la visita a esta Unidad y asistimos en directo a una de sus intervenciones.
Nos citan a primera hora de la mañana. Por delante, una larga jornada de trabajo. Perfectamente organizadas, las enfermeras y auxiliares del Laboratorio de Electrofisiología Cardíaca Unidad de Arritmias del Hospital HLA Universitario Moncloa están ya cada una en su puesto. Para hoy, tienen programada una crioablación de venas pulmonares a un paciente que presenta fibrilación auricular, intervención que dura unas cuatro horas.
La Unidad
En el Laboratorio de Electrofisiología Cardíaca, nos explica Clara, se llevan a cabo todos los procedimientos necesarios para el estudio, diagnóstico y tratamiento de las arritmias cardíacas. “A esta Unidad -señala- llegan pacientes tanto con corazones estructuralmente sanos que presentan un problema eléctrico, responsable de la arritmia, como pacientes con cardiopatías estructurales de distinta gravedad”. En función de esto, se realizará uno u otro procedimiento. Entre ellos, se encuentran el estudio electrofisiológico, la ablación transcatéter por radiofrecuencia, el implante de marcapasos, desfibriladores y resincronizadores, pruebas no invasivas para el estudio del síncope como el Tilt-test y, por supuesto, la crioablación de venas pulmonares para el tratamiento de la fibrilación auricular, una técnica en la que han sido pioneros en nuestro país y que ha convertido a esta Unidad en un referente tanto a nivel nacional como internacional.
El equipo
Al frente de esta Unidad se encuentra el cardiólogo Jesús M. Paylos, único médico del equipo, aparte del anestesiólogo. “Mi equipo de trabajo está constituido por cuatro enfermeras, núcleo duro de todas las intervenciones, y dos auxiliares de enfermería. Al frente, está la enfermera jefe, Clara Ferrero, que coordina absolutamente todo, incluida la revisión y el seguimiento de los pacientes”, explica. De ellas, destaca su excelente cualificación, pero también su capacidad de organización, eficacia técnica, disciplina y humildad. Todo ello, afirma, “mejora la asistencia de nuestros pacientes” y se traduce en excelentes resultados. “Este es un trabajo duro -reconoce-, difícil, no exento de riesgos y que requiere creer en uno mismo, amar la profesión y dedicarse plenamente a ella” y todas en el equipo, asegura, cumplen con este perfil.
Su experiencia ha dado lugar a numerosas publicaciones científicas en las que Clara Ferrero figura junto al cardiólogo como investigadora.
La intervención
“La crioablación de venas pulmonares -explica Clara Ferrero- consiste en aislar eléctricamente y con frío las conexiones eléctricas musculares que existen entre las venas pulmonares y la aurícula izquierda y que se sabe son las responsables de la fibrilación auricular en un gran número de pacientes”. Gracias a esta intervención, la mayoría de estos pacientes se cura.
Antes de la intervención, nos explica la enfermera Cristina Mesonero, el paciente debe ser informado del procedimiento que se le va a realizar tanto por el médico como por las enfermeras.
“Además, tenemos que asegurarnos de que ha leído, entendido y firmado el consentimiento informado”, señala. Asimismo, apunta la enfermera Lorena de Bordejé, “debemos comprobar que ha permanecido en ayunas de seis a ocho horas y que ha suspendido la medicación antiarrítmica”.
Durante la intervención, observa Mónica Jiménez, auxiliar de enfermería, todos los miembros del equipo llevan delantal, falda y chaleco plomados y van provistos de un dosímetro individual. El nivel de radiación de cada uno se muestra en los monitores principales durante toda la intervención. Mónica, junto a Sandra Corrales, también auxiliar, son las encargadas de preparar todo el material quirúrgico.
Al paciente, por su parte, subraya la enfermera Isabel Delgado, “se le coloca una manta térmica ya que, cuando se hacen las aplicaciones de frío, la temperatura llega a disminuir hasta los menos 50 grados centígrados”.
Tras la ablación, nos explica la enfermera Lorena Gutiérrez, estos son algunos de los cuidados que requiere el paciente: “tenemos que revertir el tiempo de coagulación y una vez que el TCA está en rangos normales, procedemos a la compresión de ambas femorales durante 30 minutos y administramos el tratamiento farmacológico adecuado. Hecho esto, el paciente sube intubado a la UVI, donde la familia del paciente puede verle un par de minutos”.
3 Comentarios
Mónica
Cierto, mi tío ha sufrido una rotura en la arteria femoral tras el cateterismo para la técnica de ablación cardíaca y no se ha vuelto a saber del médico tras la operación ( ni de él, ni de ninguno). Les ha informado una enfermera 😱 ( de lo que sabía según ella.. ) después de insistir mil veces para que alguien les informara. Yo soy enfermera también , al comentarlo con mis compañeros de trabajo estamos alucinando en colores.
Paz
Clara, se le ha olvidado hablar de la desorganización del servicio. Además, al menos algunos pacientes, nos hemos sentido totalmente desinformado tras la intervención.La falta de delicadeza y tacto ha sido la tónica. Tampoco comenta que el paciente apenas ve al médico; los pacientes solemos confiar en el cirujano que nos interviene, no en la enfermera que le ayuda. Ésta puede ser muy competente, pero no es médico y el doctor Paylos se deja ver poco. ¿Es posible que (como dicen en el hospital) se haya creído que es DIOS?
tomasfe37@hotmail.com
Enhorabuena! Magnífico reportaje.