D.RUIPÉREZ.- Nuevas armas para combatir algunos síntomas de la menopausia, por ejemplo los sofocos, están mostrando su eficacia, tanto los tratamientos hormonales como los no hormonales. Así lo han expuesto varios especialistas norteamericanos durante el simposio previo a la reunión anual de la Sociedad de Menopausia de Norteamérica (NAMS, por sus siglas en inglés).
Por su parte, Hugh Taylor, de la Universidad de Yale, ha expuesto que a lo largo de la última década se han introducido distintas terapias con hormonas para mitigar los efectos de la menopausia en la mujer, pero que la investigación progresa para obtener fármacos con cada vez menos riesgos asociados a su consumo. En este grupo se incluye a los moduladores selectivos de receptores de estrógenos (SERMs) y el empleo de estrógenos junto a estos últimos para reemplazar a la progestina. Pero la gran novedad la representan los nuevos estrógenos fetales, con propiedades únicas que los distinguen del estradiol aunque con propiedades similares a los SERMs.
Taylor señaló que el estriol y el estetrol han entrado en uso clínico con nuevos datos que revelan características prometedoras. Específicamente, el estetrol disminuye los sofocos y da como resultado cambios cardiovasculares favorables mientras contrarresta la estimulación de la mama con estradiol. El estriol actúa de manera similar como un estrógeno débil, pero puede contrarrestar algunos efectos negativos del estradiol.
«Además de los beneficios ya establecidos, también hay motivos para creer que estos estrógenos fetales pueden proporcionar beneficios adicionales que aún no se han explorado por completo, lo que los hace aún más prometedores».
Sin hormonas
En otra línea de trabajo, que apuesta por tratamientos no hormonales ante el rechazo que estos suscitan en muchas mujeres, Susa Reed, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington ha expuesto los últimos avances en este terreno. La clave es entender mejor la neurofisiología de los sofocos y actuar a nivel neuronal.
«En la menopausia, la disminución del estrógeno hace que las neuronas KNDy se vuelvan hiperimpulsadas, activando el centro termorregulador adyacente, lo que produce sofocos», explica Reed. «Hasta la fecha, no hay productos aprobados por la FDA (el organismo que regula los medicamentos en EEUU.) para la menopausia dirigidos al complejo neuronal KNDy, pero los medicamentos desarrollados por primera vez para el control del dolor y para los trastornos del estado de ánimo que actúan a través de KNDy están bajo investigación para el tratamiento de síntomas vasomotores en los Estados Unidos y Europa y representan una gran promesa».
«Los sofocos son una de las quejas más comunes de las mujeres posmenopáusicas y afectan negativamente su calidad de vida en general», dice Stephanie Faubion, directora médica de NAMS. «Aunque la terapia hormonal sigue siendo uno de los métodos de tratamiento más probados, algunas mujeres no quieren o no pueden tomar hormonas. Es por eso que esta presentación sobre las últimas innovaciones en las opciones de tratamiento sin hormonas para los sofocos es tan valiosa”.