REDACCIÓN.- Los investigadores y las investigadoras contactarán con los alumnos de tercero y cuarto curso del grado de Enfermería de todas estas universidades. En total, 413 alumnos de los cuales 92 habían comenzado a trabajar con auxiliares sanitarios durante la primera ola de la pandemia. Este último grupo, con un 83% de mujeres y un 17% de hombres, es el que contestó un cuestionario online que contenía escalas validadas de ansiedad y estrés. “El alumno tendrá una experiencia global positiva de incorporación laboral, ya que podrá desarrollar sus competencias enfermeras. Sin embargo, también sufrirá un impacto emocional”, explica la profesora de la Universidad de Lleida e investigadora del grupo GReCS de del Instituto de Investigación Biomédica de Lleida (IRBLleida), Erica Briones.

19 aspectos negativos

El estudio ha identificado 19 aspectos negativos en relación con la inserción laboral de los estudiantes antes de terminar la carrera y durante una crisis de salud pública. Los participantes destacan incertidumbre, ansiedad, estrés y falta de preparación psicológica (18,5%); falta de respaldo legal/falta de afiliación a una asociación oficial de enfermería (17,4%); contratos temporales con roles mal definidos (17,4%). En cuanto a la situación laboral, describen la forma en que se organizó su contratación “con caos, brusquedad y falta de garantías en algunas ocasiones”. Las encuestas indican que al 51,1% de los estudiantes se le notificó un día antes de iniciar labores; el 42% no recibió ningún tipo de formación específica para protegerse del contagio; el 84,3% atención a pacientes con COVID-19 confirmado o sospechoso; y el 24,1% tenía pacientes de los que era el único responsable.

Impacto emocional

En cuanto al impacto emocional, la investigación indica que el 25% de los participantes experimentará estrés y el 15,2%, ansiedad. El 54,4% se va a sentir preocupado frecuentemente o muy seguido. Entre los síntomas reportados se encuentran palpitaciones (34,8%), pesadillas (30,4%), dolor de estómago o indigestión (31,5%), problemas para dormir (29,4%) y dificultad para concentrarse (26,1%). También destaca la preocupación por contagiarse (75%) y por transmitir el virus a familiares o convivientes, siempre presente para el 33,7% y frecuente para el 21,7%. En cuanto a las emociones positivas, los estudiantes apuntan a la adquisición de mayor experiencia y conocimiento (28,2%), el orgullo de haber podido ayudar (7,9%) y el espíritu de equipo (4,2%).