EUROPA PRESS.- Un estudio, dirigido por el Instituto de Medicina Molecular João Lobo Antunes, en Portugal, ha realizado nuevos avances respecto a la inmunidad pulmonar de los recién nacidos, de tal forma que, un tipo de glóbulos blancos, las células T gamma delta, influyen en la transferencia de la microbiota durante el parto y la lactancia, lo cual, repercute en la respuesta inmunitaria pulmonar de los recién nacidos.

Antes del nacimiento, los pulmones se llenan de un líquido estéril que se sustituye por gas en la primera respiración tras el nacimiento, lo que provoca una reacción inmunitaria que implica una remodelación sustancial del tejido pulmonar, denominada respuesta de la primera respiración. Con este estudio, que ha sido publicado en la revista científica «Cell Reports», los investigadores han logrado implicar a las células inmunitarias T gamma delta en esta respuesta inmunitaria. Así, descubrieron «que los recién nacidos y criados por madres carentes de células T gamma delta adquieren una microbiota intestinal diferente. Los microorganismos intestinales de estos ratones -con los que han experimentado estos investigadores- no son capaces de producir cantidades suficientes de un tipo de moléculas que son importantes para modular la respuesta inmunitaria pulmonar al primer aliento. Como resultado, estas crías tienen una respuesta inmunitaria exacerbada al primer aliento», explica Bruno Silva Santos, quien lidera este estudio.

El tipo de respuesta inmunitaria que se induce tras la primera respiración también es relevante en otros contextos. Los investigadores observaron un patrón similar en la progenie de madres carentes de células T gamma delta en respuesta a una infección por un parásito que induce daño pulmonar. La complejidad del trabajo pasa a otro nivel en la transferencia de la microbiota de las madres a los recién nacidos. «Descubrimos que la transferencia de microorganismos de las madres no se limita al proceso del parto. Si los recién nacidos de madres que carecen de linfocitos T gamma delta se crían con madres que tienen estas células, su respuesta inmunitaria se restablece. De hecho, nuestro estudio sugiere que la mayor parte de las comunidades bacterianas deben transferirse después del nacimiento, durante la lactancia», añade Pedro Papotto, primer autor del estudio. Este estudio se suma al creciente conjunto de pruebas sobre las funciones fisiológicas y terapéuticas de la microbiota intestinal.