IRENE BALLESTEROS.- El nivel de alfabetización en salud puede condicionar el estilo de vida, las decisiones en salud y el desarrollo personal de la población. «El estilo de vida, entendido como el conjunto de actitudes y comportamientos que las personas adoptan y desarrollan para satisfacer sus necesidades y alcanzar su desarrollo personal, es reconocido como el principal determinante de la salud. Dado que es una variable dinámica, es crucial identificar los factores clave que influyen en la adopción de un estilo de vida saludable en la actualidad. La alfabetización sanitaria, es decir, la capacidad de las personas para obtener, procesar y comprender información básica sobre salud y servicios de salud para tomar decisiones informadas, ha cobrado una creciente importancia debido a su impacto en el autocuidado, la utilización de recursos sanitarios y el desarrollo sostenible«, explica Francisco Javier Pérez, coordinador del Grado de Enfermería de la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad Complutense de Madrid, quien ha puesto en marcha, como director de tesis, el estudio «Análisis de la relación entre el nivel de alfabetización en salud y el sentido de coherencia con el estilo de vida de la población atendida en Atención Primaria», junto con David García García, enfermero en la Gerencia de Atención Primaria del Servicio Cántabro de Salud.
Precisamente el objetivo principal de este estudio es analizar la relación entre el nivel de alfabetización en salud y cómo esta condiciona el estilo de vida de la población atendida en Atención Primaria. Como objetivos secundarios, el estudio también busca analizar la influencia de los determinantes en salud en el nivel de alfabetización, el sentido de coherencia y el estilo de vida, para así evaluar las diferencias de estas tres variables en las distintas Comunidades Autónomas.
Nivel de conocimientos en salud
La alfabetización sanitaria capacita a las personas a tomar decisiones formadas e informadas y a adoptar comportamientos que mejoren su salud y bienestar general. Lo que conlleva a adoptar un estilo de vida más saludable, y por lo tanto más sostenible. Aunque el estudio se encuentra todavía en fase preliminar, «podríamos considerar cómo el hecho de mejorar la toma de decisiones de salud puede contribuir a que las personas elijan alimentos más saludables, incorporen la actividad física en su rutina diaria o tengan mayor adherencia a su régimen terapéutico, como la toma de medicamentos o la realización de los cuidados prescritos. Además, la alfabetización sanitaria puede contribuir a la prevención de enfermedades, ya que quienes poseen esta habilidad reconocen la importancia de las vacunas o las pruebas de detección precoz, como mamografías o citologías, y adoptan prácticas de higiene adecuadas, como el lavado frecuente de manos y el uso de mascarillas cuando es necesario. De igual modo, en la gestión de las enfermedades crónicas, las personas con alta alfabetización sanitaria tienen una mejor comprensión de su condición, lo que les permite manejarla más eficazmente y adoptar medidas para prevenir complicaciones», sigue el director de la tesis. Poseer una correcta alfabetización sanitaria además mejora la comunicación con los sanitarios, pues les permite realizar preguntas informadas, entender las explicaciones y recomendaciones y participar de forma más activa en la toma de decisiones en salud.
Pero, ¿toda la población cuenta con el mismo nivel de conocimientos sobre salud y sanidad? El estudio revela que el nivel de alfabetización varía entre los diferentes grupos de población, regiones y países, y que, en muchos de ellos, es insuficiente. «En estudios previos realizados por nuestro grupo de investigación, hemos identificado factores como la edad, el sexo y el nivel educativo o socioeconómico que influyen en esta variabilidad. Mejorar la alfabetización sanitaria requiere una combinación de estrategias educativas, comunitarias y gubernamentales. En primer lugar, es esencial integrar la educación sanitaria en los programas escolares desde una edad temprana. La capacitación de profesionales de la salud para comunicar información sanitaria de manera clara y comprensible es también crucial. Además, las campañas de salud pública a través de medios de comunicación y actividades comunitarias pueden difundir información sanitaria accesible. Desarrollar aplicaciones móviles y sitios web con información verificada también pueden ser medidas efectivas», afirma.
Próximos pasos
A raíz de esta tesis, ambos investigadores están cerrando su equipo con el soporte de la Red de Investigación en Cronicidad, Atención Primaria y Prevención y Promoción de la Salud (Ricapps) y el apoyo de la Federación de Asociaciones de Enfermería Familiar y Comunitaria (Faecap). «Como uno de los objetivos del estudio es evaluar las diferencias en el nivel de alfabetización, el sentido de coherencia y el estilo de vida en las distintas Comunidades Autónomas, estamos buscando colaboradores en las distintas regiones de España. Una vez que el equipo esté establecido, planeamos participar en convocatorias de concurrencia competitiva a nivel nacional y regional para obtener la financiación necesaria y el respaldo para desarrollar el proyecto», concluye el director de la tesis.