IRENE BALLESTEROS.- No son pocos los estudios que relacionan la espiritualidad con el bienestar y la salud. Rezar, conectar con la naturaleza, la meditación o pasar tiempo disfrutando de la música o la poesía pueden pasar por formas de llegar a ese «estado de plenitud». La espiritualidad consiste en encontrarse y sentirse bien, pero a su vez, es algo muy personal y particular, y cada persona la alcanza de diferentes formas. Lo que sí está claro, es que ese estado puede interferir en nuestra salud, ayudándonos a afrontar diferentes situaciones. Rocío de Diego, enfermera especialista en Enfermería del Trabajo y profesora titular del departamento de Enfermería de la Universidad de Sevilla, lleva años estudiando los factores relacionados con la espiritualidad y cómo éstos afectan a la salud de la población. Su último proyecto trata de la asociación entre factores relacionados con el proceso de aprendizaje y la salud mental y calidad de vida de los estudiantes universitarios de diferentes ramas de la salud. Un estudio longitudinal observacional que ha desarrollado en la Facultad de Medicina de la Universidad Federal de Juiz de Fora, en Brasil, gracias a una beca de movilidad.
Esta enfermera ha sido una de las pocas afortunadas en recibir una de las siete becas para profesores españoles y brasileños que concede la Fundación Carolina. «Llevo cuatro años intentando que me concedieran esta beca porque se compite con profesores de todas las disciplinas de todas las universidades tanto españolas como brasileñas. El proyecto tiene que ser muy potente, hay que pasar por un proceso muy arduo, donde tienes que tener experiencia, currículum, importancia de la Universidad donde va dirigido y robustez de la propuesta a elaborar. Llevo muchos años estudiando la salud espiritual y gracias a esta beca estoy viviendo in situ lo que llevaba tanto tiempo investigando«, explica esta enfermera que a su vez agradece a la Fundación Carolina y a la Universidad de Sevilla la oportunidad.
Las becas de movilidad de la Fundación Carolina tienen como objetivo promover la cooperación cultural y científica entre Brasil y España. Dirigidas a docentes universitarios, personal investigador y estudiantes de doctorado en fase de investigación, de nacionalidad brasileña y española, pretenden ayudar a completar la formación de estos profesionales, actualizar su nivel de conocimientos, establecer lazos con otros equipos de su especialidad o reunir la información necesaria para los estudios o investigaciones que estén llevando a cabo.
Proyecto
Tal y como cuenta esta enfermera a DIARIO ENFERMERO, desde la perspectiva de la medicina occidental, el estudio de la espiritualidad en relación con la salud se ha evitado durante años. Sin embargo, en las últimas décadas se ha demostrado que la espiritualidad está asociada con numerosos beneficios para la salud y calidad de vida de las personas, que se ve reflejado en hecho como «la disminución de los niveles de ansiedad, depresión e incluso suicidio, así como un aumento en la velocidad de recuperación de las personas. Si reparamos en la reciente pandemia por COVID 19, la espiritualidad se ha considerado una buena estrategia de afrontamiento utilizada por los profesionales de la salud para promover la salud mental, que redunda en una mayor satisfacción de los pacientes con la atención brindada y en una reducción del estrés, la ansiedad, la depresión y un aumento de la resiliencia y la esperanza. Por todo ello, se propuso incluir la dimensión espiritual en el concepto multidimensional de “salud”, haciendo que el concepto pasase a ser considerado como un estado de salud dinámico, que englobe lo físico, mental, espiritual y social”, asegura la especialista en Enfermería del Trabajo.
Estancia, resultados e impactos
El objetivo de esta estancia es investigar la asociación entre diferentes niveles de religiosidad, salud mental y calidad de vida en una muestra de 3.160 estudiantes. «Se espera que la información recopilada y las correlaciones establecidas proporcionarán una importante base para el desarrollo de acciones estratégicas que permitan cambiar el enfoque educativo, ofrecer servicios de apoyo y, en consecuencia, mejorar el rendimiento y la calidad de vida de los estudiantes universitarios», sigue de Diego.
La investigación además permite a quienes experimentan esta estancia actualizar su nivel de conocimientos, establecer lazos con otros equipos de su especialidad, así como reunir la información necesaria para los estudios o investigaciones que se están llevando a cabo, todo ello gracias a las rotaciones por diferentes puestos clínicos. «En la beca compatibilizo mi trabajo como investigadora con rotaciones por diferentes hospitales, acompaño y paso consultas de especialidades, así como también hago atención domiciliaria. Por eso, desde el punto de vista enfermero, esta experiencia me está dando la oportunidad de conocer la realidad del sistema sanitario brasileño. Por eso, animo a otras compañeras a que salgan de su zona de confort, a que hagan estancias y conozcan otras realidades y otras formas de hacer salud e investigar. Esto supone un avance para la investigación y para la enfermería. Pertenezco a un grupo de investigación multidisciplinar donde la línea de trabajo es la espiritual pero lo conforman enfermeras, médicos, geriatras, fisioterapeutas, anestesistas, dentistas, y todo ello con la línea de la espiritualidad como baluarte», afirma.