EUROPA PRESS.- La Agencia Europea de Sustancias Químicas, a propuesta de la Comisión Europea, va a estudiar nuevas medidas para evaluar, autorizar y restringir el uso de las sustancias y procedimientos utilizados para realizar tatuajes.
Esta decisión se ha adoptado tras conocer un informe de la Commission’s Directorate-General Justice and Consumers, que destaca la necesidad de implementar nuevas medidas destinadas a la fabricación de las tintas utilizadas y a las campañas de información sobre los riesgos para tatuadores y clientes con el fin de mejorar la seguridad de los tatuajes.
EUROPA PRESS.- Además, el objetivo de la iniciativa es contar con la evidencia científica necesaria para decidir si las medidas de la Unión Europea son suficientes para garantizar la seguridad de las tintas y los procesos utilizados en los tatuajes y en los maquillajes permanentes.
Y es que, cada vez más personas en Europa se tatúan, una práctica que ha aumentado del 5% en 2003 al 12% en 2026, lo que significa que unos 60 millones de europeos tienen, al menos, un tatuaje, siendo el 30% los jóvenes de entre 16 y 34 años.
Los tatuajes se crean a través de la inyección de tintas de color en la piel y tienen la intención de ser permanentes. No obstante, actualmente no existe una legislación específica en la Unión Europea sobre tatuajes y se incluyen en la Directiva 2001/95/CE relativa a la seguridad general de todos productos (DSGP) y que establece que sólo los productos seguros pueden ser comercializados.
Productos químicos orgánicos y azo-pigmentos
Aunque la mayoría de las tintas del tatuaje disponibles en el mercado europeo son importados en Estados Unidos, las tintas permanentes del maquillaje se fabrican generalmente en Europa y contienen una combinación de varios ingredientes, más de 100 colorantes diferentes y 100 aditivos están actualmente en uso. De hecho, los pigmentos utilizados no son producidos específicamente para aplicaciones de tatuajes y maquillaje permanente y, por lo general, contienen impurezas.
En concreto, más del 80% de los colorantes utilizados son productos químicos orgánicos y más del 60% de ellos son un cierto tipo de pigmentos, conocidos como azo-pigmentos, algunos de los cuales pueden liberar aminas aromáticas cancerígenas. Esto puede ser el resultado de un proceso de degradación en la piel por la exposición a los rayos ultravioleta o a la irradiación con láser.
Asimismo, no se dispone de datos sobre los efectos adversos que estas tintas pueden tener sobre la salud humana, por lo que no se conoce la prevalencia real de las complicaciones del tatuaje, principalmente de carácter dermatológico.
La mayoría de las quejas son transitorios e inherente al proceso de cicatrización de la herida, si bien las infecciones bacterianas pueden suceder en hasta el 5% de las personas con tatuajes, especialmente cuando el tatuaje se ha realizado a cabo en los entornos poco higiénicos.