ÁNGEL M. GREGORIS.- El confinamiento derivado del estado de alarma decretado por el Gobierno de España ha traído consigo la necesidad de cambiar o modificar determinadas rutinas que ya se tenían adquiridas. Entre las salidas de casa permitidas está la de ir a hacer la compra, por lo que anticiparse a la visita al supermercado puede ayudar a reducir las salidas innecesarias y adquirir los productos adecuados para llevar a cabo una dieta variada, sostenible y saludable. Más allá de los alimentos que hay que comprar, en estos tiempos de crisis sanitaria es todavía más importante mantener una buena higiene y seguridad alimentaria para evitar problemas mayores y posibles enfermedades.
“Las medidas de higiene y seguridad son siempre de obligado cumplimiento, pero en momentos como estos hay que añadir un control más exhaustivo porque la manera de almacenar, cocinar y, sobre todo, transportar los alimentos, tiene un efecto preventivo contra el virus”, afirma Marilourdes de Torres, delegada de Nutrición del Consejo General de Enfermería.
Tal y como ella misma explica, la seguridad alimentaria es el conjunto de medidas que garantizan que los alimentos de consumo sean inocuos y conserven sus propiedades nutritivas. “Es un derecho de todas las personas a tener una alimentación sana y suficiente, para practicar una dieta variada, sostenible y saludable. Además, es un deber de los gobiernos contar con un sector productivo, transformador y comercial, con la responsabilidad a su vez, de alcanzar los máximos de seguridad”, destaca De Torres, que puntualiza que los consumidores deben tener presente que la manera de hacer la compra y la forma en que se guardan, almacenan, conservan y preparan los alimentos en el hogar, tienen una influencia directa en la seguridad alimentaria.
Tras llegar de la compra es imprescindible seguir una serie de recomendaciones para reducir al máximo la posibilidad de contagio por COVID-19:
- Las bolsas de la compra nunca se colocarán en la encimera, siempre en el suelo.
- Limpiar las bolsas con disolución de lejía y agua (20 cc por litro)
- Limpiar los envases (plástico, vidrio, latas, briks, cartón) de los productos antes de almacenar.
En lo que a los alimentos se refiere, también hay que tener unos cuidados especiales. “Es importante saber que ninguna pieza cruda de ningún alimento debe estar cerca de alimentos cocinados listos para comer”, destaca De Torres.
- Las hortalizas y frutas. Si se van a comer crudas, deben sumergirse durante 5 minutos en agua con una cuchara de postre de lejía por cada 3 litros de agua y después aclarar; las que hay que pelar, se deben lavar antes para que el cuchillo no favorezca la contaminación cruzada, y, por último, si se van a cocer, se parten y se lavan con abundante agua.
- Carnes y pescados. No utilizar el mismo cuchillo para especies diferentes de carne; no tener nada alrededor mientras se limpia el pescado y meter los desperdicios en una bolsa antes de tirarlos a la basura.
- Huevos. Especial cuidado con el manejo de los huevos crudos; no tener otros alimentos cerca ni dejar las cáscaras en la superficie donde se trabaja.
Después de la llegada a casa y la limpieza de los productos, es importante también almacenarlos de manera correcta para que la seguridad y limpieza se mantenga.
- Despensa. Colocarlos en estantes separados del suelo, evitando la humedad y el calor, con una temperatura de 10º a 20º.
- Frigorífico. Conservar todo en recipientes cerrados y colocar los cocinados arriba y los crudos abajo para evitar posibles goteos. Colocar los productos antiguos delante y más visibles para consumirlos antes y dejar espacio para el circuito de refrigeración, evitando llenarla demasiado.
- Congelador. Cerrar los productos herméticamente y, si es posible, al vacío; no congelarlo en el mismo recipiente de la tienda; poner en alturas diferentes los congelados crudos y los cocinados; rotular e identificar todos los productos, y separar hortalizas de productos animales.
En general, también hay que tener en cuenta determinadas pautas que hay que seguir, independientemente de donde estén almacenados los alimentos. “Debemos consumir primero los que llevan más tiempo; leer siempre las etiquetas por si indicasen condiciones especiales; fijarse en la leyenda ‘consumir preferentemente antes de…’ porque nos indica el tiempo en el que se garantiza la permanencia de todas las características del producto; aparte de esta fecha, debemos rechazar aquellos que su olor, color o textura no respondan a sus características normales, así como los que tengan envases abollados, sucios o defectuosos. Imprescindible también no almacenar en espacios próximos la comida con alimentos para animales o artículos de limpieza, porque una confusión puede inducir a errores lamentables”, detalla la también coordinadora del comité científico de la Asociación de Enfermeras de Nutrición y Dietética (Adenyd).
Además de la limpieza y conservación de los alimentos, también hay que tener en cuenta otros puntos clave para preservar esta seguridad alimentaria. “Es importante mantener la higiene personal además de atender aspectos como no utilizar anillos, pulseras, relojes o adornos ni llevar el pelo suelto; no pasar de manipular alimentos crudos a cocinados; cambio de delantal cuando esté sucio en especial si son manchas de sangre. Por otra parte, debemos guardar unas medidas durante la manipulación como no comer, beber, fumar o masticar chicle mientras se preparan los alimentos; también lavarse las manos con agua y jabón antes y después de tocar alimentos crudos, cocinar, ausentarse de la cocina, tocar puertas…”, enumera De Torres.
Asimismo, recuerda que hay que fregar con agua y jabón los utensilios que se utilizan, los armarios, vitrinas o neveras, así como las superficies con la disolución de lejía y agua. “Debemos utilizar un estropajo diferente para los utensilios de mesa y cocina (sartenes, cazuelas, espumaderas…), y para los fogones de la cocina, encimera y exteriores de armarios o neveras y congeladores, pero siempre aplicando buena cantidad de jabón. Dejar reposar un momento, aclarar con bayeta al efecto y secar con otra para que no quede húmedo. No mantener sin limpiar las manchas del interior de la nevera porque son foco de infección y transmisión”, subraya la enfermera.
En definitiva, De Torres puntualiza que “las normas de actuación sobre la higiene con los alimentos y con todos sus procesos culinarios son los mismos en todas las circunstancias, pero durante la pandemia añadimos más control sobre el manejo de las bolsas de la compra al llegar a casa y al tirar los restos a los cubos de basura reciclable. Y siempre fundamental el lavado de manos sin tocarse el pelo, la nariz ni la boca mientras se cocina. Volver a lavarse las manos después de sonarse la nariz”.