Marta Méndez Otero es enfermera de Oncología del Hospital Universitario Puerta de Hierro. Ganó el premio de la III Beca «En la piel de la enfermera», una iniciativa desarrollada por el Consejo General de Enfermería con la colaboración de CeraVe que busca promover el liderazgo enfermero en Dermatología a través de proyectos sociales, innovadores y que busquen el beneficio del paciente en materia de prevención, información, calidad de vida y de acceso a tratamientos e integración social.
Un año después de recibir el premio, esta enfermera ya tiene las primeras conclusiones de su trabajo de innovación. Así, uno de sus objetivos futuros es la creación de la figura experta en el cuidado de la piel de personas con discapacidad intelectual. Ideas que no solo mejoran la vida de estas personas, sino que motivan a nuevas enfermeras a participar en la beca para desarrollar sus trabajaos de investigación con la ayuda de la mayor institución enfermera del país. Para ello, tendrán hasta el próximo 20 de marzo para hacerlo.

¿En qué consiste «Cuidando mi piel: prevención y atención de las necesidades en el cuidados de la piel en las personas con discapacidad intelectual favoreciendo su autonomía y cuidado personal»?
El proyecto es un conjunto de medios y acciones organizadas técnica y funcionalmente por enfermeras para entrenar y capacitar a las personas con discapacidad intelectual en habilidades personales que potencian la autonomía, y, por ende, la autopercepción de roles significativos y socialmente valorados, incidiendo en la motivación individual, la adquisición de recursos personales y empoderamiento y autoestima de la persona. Pretende trabajar y desarrollar las habilidades del ámbito de la propia salud, autoimagen, autocuidado y prevención que es fundamental para el desarrollo de la autonomía personal y prevención del envejecimiento prematuro en este colectivo.
¿Qué barreras encuentran estas personas en su cuidado personal?
Es una población diana cada vez más compleja por los cambios sociales, políticos, históricos y de globalización en los que estamos inmersos como sociedad. Además de presentar trastornos cardiovasculares, respiratorios, endocrinológicos y metabólicos, las personas con discapacidad tienen una serie de alteraciones dermatológicas que afectan de forma crónica a su piel y mucosas. Estas afecciones, aun cuando son muy prevalentes, frecuentemente son desestimadas por considerarse menos graves que las otras comorbilidades. Sin embargo, las diversas alteraciones cutáneas pueden afectar considerablemente su calidad de vida.
Es fundamental tener en cuenta que las capacidades manipulativas y cognitivas de las personas no determinan su participación en los talleres, únicamente se les adapta por parte de la persona. Esto explica la necesidad de flexibilizar y adaptación por parte de los profesionales que intervienen en el proyecto además de la necesidad de concienciación de los familiares de usuarios y población general de los usuarios.

¿Cómo ha ido evolucionando el proyecto desde que recibiste la ayuda del CGE?
Desde el reconocimiento del premio y entrega de la beca «En la piel de la enfermera» el desarrollo ha sido muy positivo. Se ha llevado a cabo un plan de trabajo elaborado y supervisado por enfermeras con los usuarios y profesionales con el objetivo de involucrar a todos los participantes e ir añadiendo responsabilidades a medida que se van adquiriendo habilidades y competencias. La adherencia y motivación al programa es muy positiva, teniendo ello como consecuencia la plena participación
y objetivos tales como que las personas con discapacidad intelectual del grupo expresan su necesidad y deseo de ser ellos los que puedan impartir las formaciones y talleres que están recibiendo actualmente.
¿Podemos conocer los resultados preliminares del proyecto?
Se han llevado a cabo talleres teóricos y prácticos (“Conozco mi piel”, “preparo mi piel para las vacaciones de verano”, “Los cuidados de mi piel después del verano”, “cómo cuidar mi piel en invierno”, “yo también puedo maquillar mi piel, me maquillo, me cuido”, “barreras en la atención y prevención”, “hablamos de cuidados de la piel juntos”, entre otros), grupos de autogestores y elaboración de encuestas para poder conocer las características de la salud de las personas con discapacidad intelectual. Al finalizar cada actividad se entrega una encuesta de satisfacción con el objetivo de entender la opinión de los usuarios sobre dicha actividad, conocer sus necesidades, evaluar la aceptación de nuevas ideas y tomar decisiones a corto y largo plazo que nos permitan adaptarnos a las necesidades grupales y de forma individualizada.
¿Cómo se presenta el futuro?
La propuesta es publicar y asistir a los congresos oportunos y desarrollar actividades de formación a los grupos de apoyo de las personas con discapacidad intelectual y crear la figura de “Persona experta en el cuidado de la piel” dentro del ámbito de la discapacidad intelectual. Es fundamental proporcionar oportunidades de participación social en recursos del entorno en
colaboración con entidades públicas y privadas, facilitando los apoyos para que sea una experiencia exitosa.
Participa en la IV Edición de la Beca «En la piel de la Enfermera» y gana 6.000€ para poner en marcha tu proyecto de investigación en el cuidado de la piel
Consulta las bases en el siguiente enlace.