ÁNGEL M. GREGORIS.- La Organización Mundial de la Salud alerta de que el porcentaje de errores en la medicación es altísimo. Mejorar la competencia matemática durante la formación de los enfermeros es fundamental para disminuir los fallos de cálculo a la hora de administrar la medicación. Para ello, actualizar y expandir los conocimientos en este ámbito durante los cuatro años de carrera es uno de los grandes retos a incorporar en los programas formativos. Así lo entienden en la Escuela de Enfermería de la Fundación Jiménez Díaz (FJD), donde desde hace ya tres años que pusieron en marcha un programa formativo de innovación docente denominado Competencia matemática en la formación enfermera. “En una comisión docente nos dimos cuenta de que los alumnos tenían muchos fallos en el cálculo y decidimos llevar a cabo una competencia a nivel transversal durante los cuatro cursos con la intención de mejorar y que tuviesen en el último año el 0% de errores”, afirma Paloma Rodríguez, directora de la Escuela de Enfermería de la FJD.
En esta preparación, los alumnos comienzan aprendiendo competencias básicas hasta llegar a resolver otras mucho más complejas en el último curso. La coordinadora de Calidad e Innovación docente de la escuela, Esperanza Vélez, cree firmemente en este programa porque tiene como objetivo promover el conocimiento y las habilidades y conductas necesarias para la preparación segura de medicamentos y el cálculo de dosis adecuadas. “Estos conocimientos van a conllevar un aumento en la seguridad del paciente y en la calidad asistencial”, destaca Paloma Rodríguez.
A través de fórmulas matemáticas y prácticas con medicamentos, los futuros enfermeros aprenden a manejar las dosis correctas y disminuir los errores. “De momento, tenemos resultados buenos que nos muestran una tendencia, pero aún queda mucho por trabajar. En cuarto curso el 86% de los alumnos alcanza un 100% de aciertos, en tercero menos de la mitad de los alumnos lo consiguen (40%) y en segundo ninguno fue capaz de lograrlo”, subraya Vélez,
En España hay una tasa de fallos por medicación de entre el 25% y el 37%. Entre ellos, un 5% se debe a equivocaciones en el cálculo y que pueden poner en peligro la vida de los pacientes. “En la práctica clínica demostrar una competencia matemática del 99% de aciertos implica que a un paciente podemos ocasionarle un daño y le puede llegar a costar la vida. Tenemos que tender a la excelencia”, asevera la coordinadora.
Además de esta competencia, desde la fundación también apuestan por la importancia de que las enfermeras reconozcan los errores cuando los haya. “Estamos haciendo mucho hincapié en que cuando uno se equivoca se pueda decir con total tranquilidad y sabiendo que es lo que hay que hacer”, cuenta Ángela González, tutora académica de prácticas clínicas en los alumnos de segundo y tercer curso.
Asimismo, la coordinadora de Calidad e Innovación recalca que “el alumno debe acostumbrarse desde que está estudiando a notificar cualquier incidente que ocurra con la medicación porque no se puede solucionar algo cuando no se es consciente de lo que ha ocurrido”.
Aunque al principio la iniciativa chocó entre el alumnado de la escuela, después entendieron que tener un 100% de aciertos con la medicación mejora enormemente la calidad de los pacientes. “Tenemos que saber cómo administrar cada medicamento, las dosis correctas. A los pacientes les da mucha tranquilidad saber lo que les están poniendo en cada momento, en qué horario se lo vas a poner. Los ves más tranquilos porque ellos ven que tienes confianza en lo que estás haciendo”.