REDACCIÓN.- Las medidas de protección y prevención física contra el coronavirus, como el uso de mascarillas por parte de la población y el uso de equipos de protección por parte de los profesionales sanitarios, se han convertido en una de las claves para el control de la pandemia, pero también en los causantes de la aparición de posibles problemas en la piel. Aunque estos elementos son imprescindibles para garantizar la protección, su utilización puede asociarse a problemas en la piel por su uso prolongado, el entorno húmedo continuado y la presión que ejercen sobre diversas zonas.
La aparición de picores, sarpullidos, erupciones, manchas o acné son algunas de las consecuencias que la utilización de mascarillas puede provocar en la piel de la población. “Las principales consecuencias son la dermatitis, piel seca, con aparición de eccemas y acné tanto en la población general como en sanitarios. En los sanitarios que llevan la mascarilla FPP2, al ejercer más oclusión, produce rozaduras en zona de nariz y mejillas”, explica Yolanda Roldán, enfermera experta en Dermatología de la Clínica Dermatológica Internacional.
Sin duda, estos problemas pueden ser más evidentes en el caso de los profesionales sanitarios y de otras profesiones que requieren el uso continuado de elementos de protección como el caso de los comercios y establecimientos públicos o los trabajadores de servicios públicos. “Todo personal que lleve la mascarilla durante ocho horas tendrá más efectos secundarios en la piel que aquellas personas que las utilizan únicamente al salir de casa. Pero, en cualquier caso, es bueno para todos usarlas y, debemos, por tanto, en mayor o menor medida, cuidar nuestra piel”, aclara Yolanda Roldán.
Cuidar la piel
El sudor bajo las mascarillas -que se acrecienta ahora con las temperaturas elevadas del verano-, la fricción continua, la presión sobre determinados puntos del rostro como nariz, mejillas, orejas y frente son factores que pueden agredir la piel. En este sentido, los expertos aconsejan extremar el cuidado de la piel para prevenir, prepararla e intentar evitar posibles daños.
“La piel debajo de la mascarilla no respira, se ocluye y está húmeda por los vapores de la respiración. Mientras sigamos llevando la mascarilla como medida de prevención aconsejada por las autoridades sanitarias, pueden seguir apareciendo estos efectos secundarios en la piel”, afirma la experta.
En este punto, la limpieza y una hidratación continuada constituyen los elementos clave para cuidar la piel del rostro ante la utilización continuada de mascarillas. La hidratación debe realizarse de forma rutinaria con ingredientes adaptados al tipo de piel y aplicarse antes de colocarse la mascarilla.
“Para los problemas de piel seca, dermatitis, lo mejor es la hidratación con cremas nutritivas o incluso emolientes. Si persiste y aparecen eccemas, es recomendable acudir al profesional sanitario”, afirma Yolanda Roldán. “Cuando produzcan granitos o pequeños brotes de acné -continúa-, aconsejo limpiar muy bien la piel antes y después de salir de casa, no maquillar, pues ocluye los poros e hidratar la piel con productos libres de aceites (oil free)”.
La campaña
Conscientes de esta situación, Olay, especialista en cuidado la piel, y el Consejo General de Enfermería han puesto en marcha la campaña #GraciasPorVivirDeCara, en la que, además de informar, a través de una infografía, sobre estos posibles efectos y ofrecer determinados consejos de prevención a la población, recuerdan el claro impacto que el uso de estos dispositivos causa en los profesionales sanitarios. Por eso, Olay ha entregado más de 220.000 productos para contribuir al cuidado de la piel de los profesionales de enfermería, uno de los colectivos más afectados y agradecer su esfuerzo y dedicación.
Como explica Pilar Fernández, vicepresidenta primera del Consejo General de Enfermería, “el uso de mascarillas forma ya parte del día a día de la población general y, en el caso de las enfermeras y otros profesionales sanitarios, acostumbrados a ellas, su utilización se ha intensificado. Es una de las medidas, junto al distanciamiento social y el lavado de manos, esenciales para que, entre todos, contribuyamos a frenar la expansión del coronavirus”. “Sin embargo -añade-, es cierto que son un elemento extraño, que nos puede causar incomodidad, sobre todo ahora en verano, y que, tras horas de uso, puede llegar a producirnos lesiones en la piel. Por ello, hemos querido apoyar esta campaña en la que se dan las principales pautas para prevenir ese daño o actuar cuando ya se ha producido y, al mismo tiempo, se agradece a nuestras enfermeras, que han estado en primera línea frente a la pandemia, su esfuerzo y dedicación”. Y es que, concluye Pilar Fernández, “han sido meses de jornadas muy duras, de mucha tensión, mucho trabajo y una gran incertidumbre. Que ahora, desde distintos sectores, se quiera reconocer que ese esfuerzo es para nosotros una satisfacción. Son pequeños gestos que se van sumando, pero que suponen mucho para nosotros porque detrás hay un enorme agradecimiento”.
A través de esta campaña, Olay quiere agradecer la labor, el compromiso y la generosidad de estos profesionales con la entrega de productos para el cuidado del rostro para que ahora sean ellos los que se dejen cuidar. La campaña “Gracias por vivir de cara”, activa en la web del Consejo General de Enfermería permitirá, a través de solicitud, la entrega de más de 220.000 unidades de productos para la hidratación y cuidado del rostro, la zona más expuesta y visible de su entrega durante estos meses. Para ello, sólo tendrán que rellenar el formulario de solicitud, al que se puede acceder pinchando aquí. Así, hasta el fin de existencias, desde Olay se entregará un total de 220.000 unidades de productos, que serán remitidos directamente a los centros de trabajo.
*Las existencias están agotadas.