REDACCIÓN.- Los profesionales sanitarios son uno de los principales colectivos a los que las autoridades sanitarias recomiendan vacunarse frente a la gripe cada año. No solo porque su actividad les impulsa a estar más expuestos al virus que otros profesionales, sino sobre todo porque tienen más posibilidad de transmitirlo a otros grupos poblacionales considerados de riesgo como, por ejemplo, las embarazadas o las personas con enfermedades crónicas. No obstante, según El Gripómetro, el estudio demográfico sobre vacunación antigripal que Sanofi Pasteur realiza cada año en España, un mes después de iniciarse la campaña 2019-2020, sólo uno de cada cuatro profesionales de Atención Primaria se ha vacunado frente a la gripe estacional; siendo el gremio de los enfermeros y las enfermeras el que más se ha protegido hasta la fecha, con un 30,3% de afirmaciones. Un porcentaje que desciende hasta el 24% en el caso de los médicos.
Los discretos datos registrados contrastan con la percepción que tienen estos profesionales sobre la cobertura entre sus colegas, tanto en general como en su centro de trabajo. Pues estiman que es mayor del 50%; una cifra muy por encima de la real e incluso superior al objetivo fijado por el Ministerio de Salud, Consumo y Bienestar Social: llegar e incluso sobrepasar el 40% del personal sanitario protegido.
Según El Gripómetro, el 97% de los profesionales sanitarios de Atención Primaria considera “bastante” o “muy importante” la prevención de la gripe a través de la vacuna entre el colectivo. En este sentido, las principales razones que esgrimen quienes ya se han vacunado son: protegerse a sí mismos –se ven como el grupo de población más vulnerable– y velar por la salud de sus pacientes, lo que confirma la confianza en la efectividad de la vacuna. Para motivar a sus colegas, abogan por seguir haciendo hincapié en la efectividad de la vacuna y valoran muy positivamente las actividades de concienciación que se realizan en los centros de salud.
Además, la gripe es percibida entre los sanitarios como una enfermedad grave en personas con enfermedades pulmonares, inmunosupresión, cáncer y cardiopatías. En general, los médicos se muestran algo más conscientes que los enfermeros sobre lo grave que puede llegar a ser. Por otro lado, destaca la actitud proactiva que tienen los profesionales del colectivo a la hora de promover la vacunación frente a la gripe entre los distintos grupos considerados de riesgo: mayores de 65 años, embarazadas y personas con enfermedades crónicas. Sin embargo, en el caso de los niños, sólo dos de cada diez recomiendan o insisten en su vacunación frente a la gripe.