REDACCIÓN.- A diferencia del tabaco tradicional, los componentes de los cigarrillos electrónicos no están regularizados ni estandarizados, a pesar de que varían mucho dependiendo del producto en cuestión. Las características de los componentes de estos cigarrillos, desde la liberación de sus componentes, los sistemas de combustión y la composición de las soluciones de nicotina que contienen puede afectar a los niveles de las sustancias potencialmente peligrosas en el vapor que producen, de acuerdo con un nuevo estudio presentado en la Conferencia Internacional de la Sociedad Torácica Americana.

“Mientras que los componentes químicos y efectos negativos sobre la salud del tabaco tradicional han sido bien estudiados, los cigarrillos electrónicos deben someterse todavía al mismo nivel de escrutinio”, dijo el autor del estudio, Daniel Sullivan, de la facultad de Medicina de la Universidad de Alabama (EEUU). “Nuestro estudio revela importantes diferencias en la composición mecánica y química de los cigarrillos electrónicos, que pueden tener efectos adversos en la salud humana”.

En las pruebas realizadas los investigadores detectaron como elemento clave la producción de acroleína, un irritante asociado a un incremento en el riesgo de padecer cáncer de pulmón; acetaldehído, asociado a un incremento del riesgo de cáncer y de generar adicción; y formaldehído, otro conocido carcinógeno. En algunas pruebas llevadas a cabo, los niveles de formaldehído fueron comparables a los observados en el tabaco convencional.

La formación de estos componentes químicos se reveló positivamente correlacionada con el ratio entre glicerol y glicol propileno. Glicerol y glicol propileno se usan comúnmente como disolventes de la nicotina en los cigarrillos electrónicos. Además, los investigadores descubrieron que el cigarrillo electrónico inhibe la actividad de una enzima que interviene en la resolución de la inflamación pulmonar, en una dosis similar a la del tabaco fumado.

“Nuestros resultados revelan que las propiedades esenciales de los cigarrillos electrónicos implican la producción de sus sustancias conocidas por ser tóxicas para la salud humana”, explicó Daniel Sullivan. “Estos datos nos hablan de la importancia de un escrutinio más cuidadoso y de la necesidad de estandarización de los componentes de estos dispositivos tan ampliamente utilizados”.