DAVID RUIPÉREZ.- Florence Nightingale, Virginia Henderson, Marjory Gordon… a esas figuras históricas de la enfermería mundial quizá haya pronto que añadir el nombre de una enfermera con acento canario cuya identidad se desconoce. Un grupo de enfermeros e historiadores ha descubierto algo que podría obligar a reescribir los libros de historia de la enfermería. Aunque se cree que la figura de la directora de enfermería, tal y como la conocemos hoy, surgió casi en los años 80 o 90 y en el resto del mundo no fue mucho antes, el hallazgo de un reglamento en Canarias poco antes del alzamiento militar del 36 demuestra que existió en Tenerife una pionera Dirección de Enfermería. El Dr. Francisco Javier Castro Molina, enfermero, historiador del Arte y antropólogo; Natalia Rodríguez Novo, además de enfermera licenciada en Bellas Artes y Felisa Vanessa Martín Casañas, también enfermera y miembros todos de la Asociación Canaria de Historia de la Profesión Enfermera (ACHPE), han sacado a la luz un reglamento promovido por Miguel Bethencourt del Río en 1936 para el Hospital Civil de Santa Cruz de Tenerife en el que por primera vez se establece la figura de la directora de enfermeras.
Francisco Javier Castro explica a diarioenfermero.es que “la Segunda República fue un periodo de gran ebullición artística e intelectual en Canarias y se produjeron muchos cambios de todo tipo. Se cambió por ejemplo el nombre del Hospital de Nuestra Señora de los Desamparados, que pasó a llamarse Hospital Civil. Se desacralizó todo. Cuando vi este reglamento me llamó la atención la denominación de ‘directora de enfermeras’, pero aún más interesante fue comprobar cómo se elevaba esta figura a la Junta Rectora del hospital, con la misma potestad que el resto de miembros. Bajo su mando tenía a las supervisoras como ahora, al resto de las enfermeras e incluso a las llamadas ‘enfermeras subalternas’ que parece equivaler a una auxiliar de enfermería de hoy en día. Tenía una potestad para manejar y gestionar recursos materiales y humanos que se parece mucho a lo que tenemos ahora mismo”.
Gestión de recursos humanos y materiales
El equipo de investigación ha descubierto que además se encargaba de velar por el cumplimiento del reglamento interno de hospital en lo referente a su área de gestión y al cuidado de los enfermos. Incluso, coordinada tanto con el director del centro como con la Junta Rectora, era la responsable de confeccionar el horario y la distribución de las enfermeras y de ser el referente de los médicos para la resolución de conflictos.
El borrador del reglamento hallado supone una prueba de un avance profesional sin precedentes ni en el resto de España ni en ningún país avanzado. Sucedió en Canarias, muy abierta al mundo en aquellos meses previos a la Guerra Civil, pero un segundo hallazgo potencia y encumbra aún más la mera existencia del innovador reglamento. “Al principio pensé que no estuvo nunca en funcionamiento este organigrama. Sin embargo, se aplicó en la práctica hasta agosto de aquel año como prueban las quejas que se registraron por parte de las hermanas de San Vicente de Paul contra las enfermeras profesionales que –decían- de alguna manera ‘apabullaban’ o ‘arrinconaban’ a las hermanas”, añade Castro.
La búsqueda de su identidad
La siguiente meta que se ha marcado el equipo de investigación es poner nombre y apellidos a aquella directora de enfermeras adelantada a su tiempo. La tarea es complicada pues se ha perdido mucha documentación, pero el enfermero e historiador tiene esperanzas de dar con algún documento que refleje que a alguien se le pagó un salario por ese cometido, una información que quizá se halle en los libros de cuentas. Esa será la segunda fase, pero ya con la documentación encontrada se puede probar que en aquellos tiempos de profundos cambios y convulsión social y política previos a la Guerra Civil Española se produjo el mayor avance profesional en cuanto a autonomía y jerarquía de la profesión enfermera del mundo, aunque pronto se volviera al estatus clásico y tradicional que tanto ha costado cambiar.
Son imnumerables las Constituciones y Reglamentos hospitalarios que desde la Edad Media reflejan la existencia del Enfermero Mayor, junto a los Enfermeros y Enfermeras Menores. En casi todos los centros hospitalarios de España más importantes, encontramos este cargo a lo largo de varios siglos.
Esta figura de «Enfermero Mayor» vigilaba la labor de los Enfermeros y Enfermeras Menores. Incluso en algún Reglamento se hace mención a la Enfermera Mayor, responsable de las Enfermeras Menores. Y esto es debido a la separación de los enfermos por sexos, en diferentes salas y partes de los centros asistenciales.
La figura del Enfermero Mayor estaba desempeñada, generalmente, por un eclesiástico, por lo que su autoridad en los centros hospitalarios era bastante importante, sobrepasando en ocasiones el ámbito de la Enfermería.
La terminología y las designaciones profesionales han variado con el tiempo. Pero lo que no cabe duda alguna, es que estos Enfermeros y Enfermeras Mayores, los podemos considerar con un campo de actuación similar a los actuales Directores o Directoras de Enfermería.
Si reflexionamos en torno a este tema, podemos ver como la Enfermería actual ha perdido poder dentro del organigrama hospitalario. Estamos peor que en la Edad Media.
Me parece fantastico .Animo a esos historiadores de la profesion que cualquier dia y gracias a su esfuerzo ,podremos visitar el museo de dicha directora o coordinadora enfermera en Canarias3 ,al igual que se visita hoy en dia el museo Florence Nightingale en pleno centro de Londres .
Estoy de acuerdo con Isidoro en cuanto a la pérdida de poder en el espacio de la Directora de enfermería en el organigrama hospitalario pasado y actual.
Por otro lado, os invito a visitar el museo del Colegio de Enfermería de Madrid en su planta de la biblioteca y el resto de espacios que tiene. Pedir información y cita. Tiene una enorme riqueza, gracias a los trabajos de Mª Teresa Miralles. https://www.codem.es/museo