EUROPA PRESS.- La depresión supone en la actualidad uno de los principales retos para la salud pública, y es que entre el 8 y el 15% de la población sufre algún episodio de esta enfermedad a lo largo de su vida, y se estima que en 2030 sea la primera causa de discapacidad en el mundo, debido a su fuerte impacto a nivel individual, familiar, social y laboral, según se ha manifestado el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, Miguel Gutiérrez, en un encuentro organizado por la asociación.
Durante la jornada, a la que se han sumado la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica y la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental, también se ha destacado la diferencia entre la prevalencia de depresión en mujeres y en hombres. En este sentido, Gutiérrez ha señalado que el episodio de depresión es casi el doble en mujeres (16,5%) que en hombres (8,9%), y esto se debe a que la mujer expresa más los síntomas a los de su alrededor, entre otros factores biológicos.
España, país en el que actualmente padece depresión el 4% de la población, es el que presenta las tasas más altas de síntomas depresivos en personas mayores de 65 años, lo que hace que «esté aumentando la edad media de padecer la enfermedad, aunque tampoco hay grandes diferencias en cuanto a cifras con el resto de países». Según los expertos, los factores que conducen a la aparición de este trastorno mental son «el nivel de estrés, que se da menos en países mediterráneos debido a la forma de comunicarse, la alimentación, etc.; sufrir enfermedades médicas como el cáncer; o el consumo de sustancias tóxicas como las drogas y el abuso de fármacos.
Para el jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, Jerónimo Saiz, «la repercusión que tiene padecer una depresión es devastadora en muchos ámbitos vitales y también difícil de comprender en quien nunca ha sufrido esta enfermedad. Actualmente, se ha extendido una idea generalizada sobre la depresión que se asocia a una alteración del ánimo leve y pasajera, pero «se trata de una enfermedad psiquiátrica marcada por una constante tristeza, muy profunda y llena de tonalidad negativa», ha añadido el doctor.
Quienes padecen esta enfermedad, ha proseguido, son personas con baja autoestima que «recuerdan el pasado como una etapa llena de errores, por lo que se sienten culpables constantemente; en el presente se encuentran sin fuerza, sin iniciativa, incapaces de hacer algo que les llene; y el futuro lo ven con desesperanza y piensan que todo les va a ir mal». Pero en estas sensaciones «el estigma social tiene mucho que ver», asevera Saiz, ya que se ve a esa persona como alguien débil, que no pone de su parte.
Estigma y entrevistas clínicas cortas, factores del infradiagnóstico
En cuanto al diagnóstico la enfermedad, los expertos consideran que, junto al tratamiento, dista de ser el adecuado, y uno de los factores que influyen en esto es precisamente el estigma social, que «tiende a ocultar la realidad». Otra de las razones que explican el infradiagnóstico es la escasez en el tiempo de la entrevista clínica, junto a la elevada presión asistencial entre los médicos de Atención Primaria y especializada, e inexistencia de pruebas complementarias específicas ni de marcadores biológicos. Según ha señalado Roca, diferentes estudios cifran en un 50% los trastornos depresivos que no reciben tratamiento o no el adecuado.
Por tanto, ha criticado que se trata de una enfermedad grave que no recibe la atención adecuada por parte del sistema sanitario. «Se ha observado que los síntomas residuales están más presentes entre los pacientes que alcanzan más tarde la respuesta, que entre los que responden antes, de ahí la importancia de la detección y aplicación precoz del tratamiento», ha destacado.
Por otro lado, los especialistas han puesto de manifiesto que la depresión constituye una de las principales causas de baja laboral por incapacidad temporal y permanente en el país, y es que «uno de cada diez trabajadores pide la baja debido a esta enfermedad». De hecho, los trastornos mentales más graves, entre los que se encuentra la depresión, son los que se asocian con las tasas más altas de desempleo, según la Organización Mundial de la Salud.
Asimismo, han mostrado su preocupación por las altas tasas de suicidio en España. Si se padece depresión, el riesgo de tener conductas suicidas es 21 veces mayor a la población en general, ha apuntado Saiz. «La tasa de prevalencia del suicidio en España está en torno al 5 por 100.000 habitantes. Esto significa cerca de 10 muertes por suicidio cada día, la primera causa de muerte no natural», ha lamentado. En este sentido ha destacado la necesidad de un plan de prevención del suicidio para que las cifras bajen.
Muchas depresiones no responden a tratamientos farmacológicos
Finalmente, han mostrado su intranquilidad sobre la falta de adherencia a los tratamientos, y es que, aunque los fármacos cada vez son más tolerados y cuentan con menos efectos adversos, actualmente el 35% de los pacientes no responde a los tratamientos farmacológicos actuales. «Para evitar que esto suceda, es necesario esforzarse en las labores de prevención, especialmente de la recaída», han subrayado. La investigación se está centrando en la búsqueda de biomarcadores, «pero actualmente no hay ninguno, en contra de lo que se cree», han aclarado.
En opinión de Gutiérrez, «para que la depresión sea una prioridad sanitaria como otras enfermedades crónicas hacen falta buenos estudios epidemiológicos y de costes directos e indirectos que pongan de manifiesto la magnitud del problema. También es necesario dejar de considerar las enfermedades psiquiátricas, y entre ellas la depresión, como enfermedades estigmatizantes».