ALICIA ALMENDROS.- Los autores de la Guía de Incontinencia que publicó el Consejo General de Enfermería, con la colaboración de Lindor®, han puesto encima de la mesa los principales problemas a los que se enfrentan los pacientes que sufren incontinencia. Esta dolencia constituye un problema de salud para las personas que la padece, pero también es un problema social y económico de gran importancia. “Debe ser una de las prioridades en la prestación asistencial y los cuidados de las enfermeras y enfermeros de nuestro país”, ha resaltado Diego Ayuso, secretario general del Consejo General de Enfermería.

El trabajo multidisciplinar y en equipo que realizan los profesionales en la atención a este problema de salud son vitales para garantizar la calidad de la atención. “Es una enfermedad que está oculta y los pacientes no suelen hablar de ella. Por eso, la enfermería como primer eslabón de la cadena sanitaria es clave para detectar el problema y después llevar a cabo los tratamientos”, ha argumentado Manuel Florencio de la Marta, enfermero de Urodinámica del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. “La incontinencia no siempre se puede curar, hay algunos casos que si y otro no, pero si se puede controlar, se puede mejorar y, sobre todo, podemos aumentar la calidad de vida de estos pacientes para que lleven una vida más satisfactoria”, ha apostillado De la Marta.
El punto de partida para poder establecer un tratamiento adecuado es realizar una valoración “que nos facilite conocer las características, los síntomas, el tipo de incontinencia urinaria, las molestias que le ocasiona al paciente ese problema y los factores asociados. Esto nos permite ver qué tratamiento sería el adecuado. Los que más solemos usar son los ejercicios de Kegel, las bolas chinas, los conos vaginales… y además damos una serie de conductas que se deben llevar a cabo para controlar esa micción”, ha resaltado el enfermero. Toda esta información se puede encontrar en la publicación.

“La incontinencia es una patología silenciosa que padecen alrededor de seis millones de personas en España que ven mermada su calidad de vida y con esta guía, en la que han participado enfermeras de altísimo nivel, queremos facilitar el día a día de los sanitarios y de los pacientes para mejorar así la calidad de vida de los pacientes”, ha argumentado Pablo Perlado, director de relaciones institucionales y acceso al mercado de Hartmann.

Estigma social

La incontinencia es un problema de salud que muchas veces está silenciado por sentir vergüenza las personas que la padecen y el estigma social que la misma provoca en la población. “Hay tanta incontinencia como diabetes, pero la gente lo vive en silencio y no lo cuenta”, ha asegurado Àngels Roca, presidenta de la Asociación para la incontinencia Anal (ASIA). “Desde la asociación hacemos reuniones para informar de todos los productos y tratamientos que hay porque creemos que el paciente experto, es decir en ese paciente que es activo y está informado; pero para ello debe ser formado. Cuando no encontramos a enfermeros o médicos que nos ayuden nos encerramos en casa y no vivimos, por tanto, esta guía es un gran paso porque necesitamos información de especialistas como vosotros. Hay mucho desconocimiento y, en cambio, hay muy buenos tratamientos y la gente podría ganar mucha calidad de vida si los conociera”, ha añadido la presidenta de ASIA que ha aprovechado el coloquio para facilitar un contacto (Tel.: 620 886 363) donde pueden llamar si necesitan información sobre este tema.

“Es importante incorporar al paciente en la toma de decisión de las diferentes estrategias de tratamiento existentes en la incontinencia, potenciando su autonomía, su implicación en el manejo de su proceso de salud; teniendo como referente y líder en cuidado a su enfermera”, ha comentado Ayuso.

Heridas asociadas

La incontinencia -urinaria, feca o mixta- puede dar lugar a numerosas complicaciones. Posiblemente una de las más relevantes sean las lesiones cutáneas. Una de las complicaciones más relevantes son las lesiones cutáneas ocasionadas por el contacto prolongado con las heces y/o orina (DAI) y éstas pueden suponer un considerable efecto negativo en los pacientes que repercute en su bienestar físico y psicológico, en términos de dolor, morbilidad, aumento de estancias y costes asociados. Por ello, en la guía se reserva un especial apartado para la gestión del cuidado de este tipo de afección. “Las personas que sufren DAI suelen ser personas dependientes, personas mayores, en las que las lesiones se profundizan. Se ve muchos en los hospitales, en los pacientes que ingresan con diarreas o con otras problemáticas”, ha afirmado Teresa Segovia, enfermera experta en Heridas y miembro del Comité director del Grupo nacional para el estudio y asesoramiento en Úlceras por Presión y Heridas Crónicas (GNEAUPP).

Durante le coloquio, Segovia ha hecho mucho hincapié en la educación, “hay que formar para saber qué se tiene y que no se tiene que hacer; y, sobre todo, debemos educar al cuidador que en muchos casos son quienes ven las lesiones y pueden alertar del problema. Además, es muy importante hacer llegar la guía a los centros sociosanitarios donde la mayoría de sus pacientes necesitan muchos cuidados”.