ÁNGEL M. GREGORIS.- “En aquella época, los hombres que queríamos ser practicantes en mi zona estábamos discriminados. La escuela de Ayudantes Técnicos Sanitarios de Valdecilla era sólo para mujeres. Nunca entenderé el porqué, supongo que por la cerrazón de esos años, pero no había motivos. Tras muchas reivindicaciones y protestas, el 4 de agosto de 1976 conseguimos que se autorizase una sección masculina de la escuela”. Así recuerda Pedro Manuel González, primer titulado de la promoción, cómo consiguieron que les permitiesen formarse como ATS en Cantabria hace ahora 40 años.

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Pedro Manuel González frente a la Escuela de Ayudantes Técnicos Sanitarios de Valdecilla.

boevaldecillaTodavía se emociona al explicar la hazaña. “Queríamos estudiar en la escuela y no nos dejaban. Nos reunimos con los responsables, enviamos cartas de protesta, fuimos a los medios de comunicación y todavía me acuerdo de cuando sacamos una pancarta en el campo de fútbol del Racing criticando al director del Hospital de Valdecilla, que era el que no quería que se materializase esta idea”, comenta González.

Ahora, cuatro décadas después del logro, González considera que “fue un avance para muchos jóvenes de Cantabria que nos teníamos que ir a Valladolid, Oviedo, Madrid para estudiar…”. Para él, la publicación en el Boletín Oficial del Estado de esta decisión supuso un gran cambio y mucha alegría. “En aquel verano ya nos habían dicho que el próximo curso (1976-1977) los hombres podrían estudiar allí, pero verlo en el BOE fue nuestra manera de confirmarlo”, subraya.

A raíz de eso, la escuela, que hasta entonces recibía a 100 alumnas anuales, convocó 20 plazas para la sección masculina y 80 para la femenina, se convirtió en mixta y se extinguió la obligatoriedad del internado como anteriormente.
González explica también que no es el primero porque tuviese las mejores notas, sino que es el primero que acabó sus estudios. “Me fui a estudiar a León y Madrid y después cuando volví entré directamente en tercero. Era el único chico en ese curso y por eso acabé antes”, puntualiza.

Aunque en ese momento ser ATS era su vida, posteriormente estudió Derecho y ahora no trabaja de enfermero, pero menciona esa etapa con mucho cariño.

González, orgulloso de su historia, lanza un llamamiento a los jóvenes actuales y les anima a luchar por sus ideales. “Hay que saber que las cosas no son fáciles y hay que lucharlas democráticamente y pacíficamente”, asevera.