RAQUEL GONZÁLEZ ARIAS.- Desde hace algunos años, los tumores han dejado de considerarse como enfermedades que se agrupan en base al órgano o estructura a la que afectan y aunque, de forma general, se sigue hablando de tumores de mama, de colon, de pulmón… la realidad es que su abordaje diagnóstico y terapéutico, cada vez más, pasa por dar nombre y apellidos a cada tumor. Y es que cada tumor es único al igual que lo es cada paciente. Ese cambio de paradigma ha supuesto un avance fundamental en el abordaje de los procesos tumorales y hoy no se entiende su manejo si no es desde la medicina personalizada.

En esa línea, el Hospital Universitario HM Sanchinarro ha incorporado el uso de la tecnología 3D a su cirugía oncológica lo que permite personalizar las intervenciones, pudiendo planificarlas con antelación. Esto atañe al cirujano pero también a las enfermeras y se traduce en una mayor precisión quirúrgica que, es de esperar, conlleve también mejores resultados.

Desde que incorporara esta tecnología, en septiembre de 2019, la Unidad de Cirugía General y Digestiva de este hospital ya ha realizado más de cien modelos, convirtiéndose esta en la mayor experiencia a nivel internacional en impresión 3D aplicada a la cirugía oncológica.

Desarrollo de modelos 3D

Por cada paciente, se realiza una réplica exacta de los órganos y estructuras en los que se integra el tumor o tumores de forma que es posible visualizar perfectamente la lesión antes de abrir para proceder a la cirugía. De esta forma, es posible conocer su tamaño y localización exactas así como el grado de afectación vascular, entre otras variables. Con todo ello, se puede planificar la intervención con precisión antes de abrir. Como ha explicado Yolanda Quijano, codirectora del Servicio de Cirugía General y Digestivo de este hospital, “es como si tuviéramos un atlas personal de cada paciente”. En determinados tumores, por ejemplo, los que afectan al hígado, los modelos 3D son especialmente útiles puesto que se trata de un órgano opaco.

Cada modelo se realiza a partir de distintas pruebas diagnósticas y, en esto también, el Hospital Universitario HM Sanchinarro ha sido pionero al incorporar, por primera vez, la información obtenida mediante pruebas metabólicas. Así lo ha apuntado Emilio Vicente, director del Servicio de Cirugía General y Digestivo de este hospital, “hasta ahora, los modelos 3D se construían utilizando el TAC o el TAC y la Resonancia Magnética Nuclear. Por primera vez en el mundo, nosotros hemos incorporado una prueba metabólica, el PET TAC o el PET RM. La incorporación de una prueba radiológica y una prueba metabólica es la que da un diagnóstico preciso sobre las características de la lesión, extensión de la misma y afectación local que tiene”.

Desarrollo multidisplinar

El desarrollo de este proyecto ha sido multidisciplinar y en él han participado también las enfermeras. Como señala Emilio Vicente, “todos formamos parte de un grupo en el que, de alguna forma, desarrollamos este tipo de procedimientos y, en mi opinión, esa es la parte más importante del Servicio: integrar a todos con un objetivo común. Todo el mundo participa en el desarrollo de estas líneas de trabajo que, en definitiva, es lo que permite que se obtengan estos resultados”.

Y entre los enfermeros que forman parte de este equipo se encuentra Alberto Lado, responsable de Enfermería de Cirugía del hospital. Como ha explicado a Canal Enfermero, la incorporación de la impresión 3D responde a la apuesta que HM Hospitales ha hecho desde el principio por incorporar lo último en tecnología y ponerlo a disposición de sus pacientes. Esto ha supuesto que la enfermería haya ido adquiriendo también mayor relevancia en las intervenciones: “venimos de una situación previa en la que, en los hospitales, se hacía cirugía de abrir y ver y en donde la enfermería quedaba totalmente relegada porque no tenía ningún  tipo de participación más allá del acto quirúrgico, no podía ser conocedora de cuál era la actitud que se iba a tomar porque ni siquiera el cirujano sabía qué era lo que iba a hacer en aquella cirugía,  a que ahora contamos con la información antes de la intervención, la información en la planificación. Esa información es importantísima de cara al cirujano para poder dar una respuesta oportuna en cuanto a la agresividad del tratamiento, tratamientos coadyuvantes… pero también es importantísima para la enfermería porque podemos prever todo el material que va a ser preciso para esa cirugía, en cirugías extensas, reconstrucciones, sistemas de reconstrucción vascular que pueden ser necesarios y que antes se limitaban a la improvisación. Eso no era seguridad para el paciente. Esto es seguridad para el paciente”.

Futuro

El futuro de estas impresiones en 3D, según ha explicado Emilio Vicente, pasa por su incorporación a la cirugía mínimamente invasiva, un campo en el que ya están trabajando: “la cirugía mínimamente invasiva, bien laparoscópica bien robótica, tiene muchas ventajas pero tiene también un inconveniente y es que el cirujano no toca y, en ocasiones, la palpación es imprescindible para poder detectar determinados tipos de lesión. Por tanto, en esos casos, uno necesita emplear algún procedimiento que le permita sustituir la mano. Esto puede hacerse a través de distintos colorantes o fármacos que se administran al paciente durante la cirugía y que de alguna forma permiten identificar estructuras o lesiones… Lo ideal sería tener este modelo 3D e incorporarlo a la propia consola del robot, con lo que conseguiríamos una precisión enorme, compensando así esta limitación de la cirugía mínimamente invasiva”.