REDACCIÓN.- En un artículo, publicado en el último número de la revista Nuberos Científica, las enfermeras del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander (Cantabria) Leticia Martínez y María Plaza, ofrecen algunas claves sobre el abordaje enfermero de la ictericia neonatal que resumimos en esta nueva sección “Cinco claves sobre…” en la que periódicamente se trataran distintos temas en los que la enfermería desempeña un papel crucial.
1. ¿Qué es la ictericia neonatal?: La ictericia neonatal (IN) es producida por una hiperbilirrubinemia como consecuencia de la inmadurez hepática e hiperproducción de bilirrubina. Es un signo clínico caracterizado por la coloración amarillenta de la piel, mucosas y fluidos corporales, debido al aumento de la bilirrubina en sangre. Se observa clínicamente cuando la bilirrubina sérica es superior a 5 mg/dl (85µmol/L) en neonatos.
2. Situación actual: Aproximadamente entre el 60-70 por ciento de los neonatos maduros y el 80 por ciento de los inmaduros presentan este fenómeno. En España, la incidencia es de 1,93 casos por cada 10.000 habitantes en el año 2007. 2,5 casos/10.000 en 2008 y 1,69 en 2009. Es la causa más común de ingreso hospitalario en las primeras dos semanas de vida. La hiperbilirrubinemia neonatal, por su frecuencia en la primera semana de vida y por su potencial de causar daño cerebral, continúa siendo un problema importante de salud a nivel mundial.
3. Complicaciones: La principal complicación de la ictericia neonatal patológica –la de mayor relevancia por su frecuencia y gravedad- consiste en el aumento excesivo de la bilirrubina no conjugada produciendo un acúmulo en el cerebro dando lugar a Kernicterus. Su manifestación en forma de encefalopatía bilirrubínica aguda tiene manifestaciones tempranas como escasa succión, hipotonía y letargo; o tardías, como el llanto agudo y monótonoalteración del sueño, hipertonía de la musculatura de la nuca y de los miembros inferiores y superiores, párpados abiertos y mirada fija. Cuando la encefalopatía es crónica hablamos de retraso mental, sordera de las frecuencias agudas, parálisis ocular o movimientos atetósicos.
4. Tratamientos: Además del farmacológico y de la exanguinotransfusión –intercambio de sangre entre el recién nacido y un donante que implica control del volumen a extraer e infundir o los niveles de calcio sérico- el principal tratamiento es la fototerapia. En este caso, se expone la piel del recién nacido a la luz fluorescente para que esta degrade la bilirrubina presente en los capilares superficiales y el espacio intersticial y lo convierta en un isómero hidrosoluble que finalmente se eliminará sin necesidad de conjugación hepática previa, por lo tanto, libre de toxicidad.
5. Rol de la enfermería: El profesional se encarga del cuidado del recién nacido, de aplicar al tratamiento prescrito y evaluar las posibles reacciones adversas, interactuar con los padres, la realización de las extracciones sanguíneas, debe ser competente para interpretar los resultados analíticos, valorar al recién nacido y asumir la toma de decisiones sobre el tipo de fototerapia que aplicar para conseguir una mayor efectividad. Las autoras de la investigación, Leticia Martínez y María Plaza, resumen las actividades enfermeras en puntos clave como exponer adecuadamente la piel para asegurar una irradiación efectiva sobre un bebé desnudo, proporcionando protección ocular y cuidado de los ojos y de los genitales. Se debe también controlar la temperatura cada seis horas, hidratar al pequeño, promover la eliminación y controlar las deposiciones, entre otros aspectos.