ÁNGEL M. GREGORIS.- Todos los estamentos enfermeros han mostrado su indignación y preocupación ante la posible privatización de la Atención Primaria por el auge de un movimiento autodenominado como “Farmacia comunitaria” que, a pesar de no tener respaldo legal alguno, pretende hacer actuaciones de carácter asistencial con los pacientes crónicos tanto en la botica como a domicilio. En este sentido, cabe destacar la clara pretensión de facturar por todos estos servicios a las arcas públicas, a las mutualidades o al propio paciente, tal y como han reconocido públicamente en varias ocasiones. Se trata de actuaciones con pacientes vulnerables que requieren de las garantías de independencia clínica que sólo pueden asegurar las profesiones médica y enfermera. Más si cabe cuando el cuidado de los crónicos es uno de los ejes de la actividad enfermera.
Indignación enfermera por la “farmacia comunitaria”
