REDACCION.- Los sueños son caprichosos. En ocasiones nos trasportan a escenarios de fantasía idílica y otras a infiernos dantescos. El mundo onírico provoca en nosotros emociones tan fuertes e inesperadas que es difícil apartarlas de nuestra mente, hasta el punto de que parecen convertirse en realidad. Inés Pla Serrano nos propone, en su relato, soñar despiertos con ‘un sueño que no fue del todo un sueño’, como versó Lord Byron en su poema Oscuridad, y nos introduce en el ‘sueño dentro de un sueño’ de Edgar Allan Poe con intercambios de vigilia e inconsciencia.

En su primera novela El Secreto de Irati, la autora y enfermera/matrona de Benigànim (Valencia) narra la historia de una joven enfermera de Olite, un pueblo al norte de Navarra, que se enfrenta en el año 2030 a otra pandemia de circunstancias más devastadoras que la actual. Pero lo hace describiendo el estrés emocional y psicológico que supone enfrentarse al ‘virus Z’, más letal que la ‘Covid-19’, y del que se advierte que puede suponer la extinción de los humanos.

Un estrés provocado por el día a día de su quehacer sanitario (Atención Primaria) que genera en Irati agotamiento y sueños muy extraños en los que afloran hechos ocurridos cuando la Gripe Española causaba estragos en 1918 o durante la II Guerra Mundial. Una parábola de viajes en el tiempo sobre el deber, la familia y la muerte que deja al descubierto la parte oculta de cada personaje y ayuda a desviar la atención de la terrorífica situación que están viviendo. La mente de la protagonista nos transporta desde la estadounidense ciudad de Kansas en 1918 hasta el Londres de 1943, con descripciones minuciosas de los entornos clínicos de estas épocas.

A pesar de ser una escritora novel, su obra, hilvanada con saltos espacio-temporales, dispone de un cuerpo sólido y una firme consistencia argumental, especialmente, si se tiene en cuenta la coyuntura personal que vivió Inés Pla durante su elaboración. La enfermera/matrona valenciana aprovechó los días de confinamiento para desarrollar y culminar su libro. Unas jornadas en las que compaginaba la escritura con su frenético trabajo en Atención Primaria de Ontinyent durante los periodos más duros de la pandemia.