ÁNGEL M. GREGORIS.- El consumo de bebidas azucaradas entre los niños es cada vez más habitual. El sabor dulce y las ganas de refrescarse son los principales motivos por los que los más pequeños demandan estos productos y, en muchas ocasiones, consiguen que sus responsables cedan y les dejen beberlos.
Ahora, una investigación realizada a 613 niños de centros escolares de Boston, EE. UU., demuestra que ingerir menos bebidas azucaradas supone un aumento del HDL-C (colesterol bueno), que ayuda a mantener una buena higiene de las arterias.
El estudio, publicado en la revista The Journal of Nutrition, se llevó a cabo durante 12 meses y también constata que es más probable tener una elevada concentración de triglicéridos cuantas más bebidas azucaradas se tomen.
“Los altos niveles de triglicéridos, la falta de colesterol bueno, la resistencia a la insulina y la obesidad, sobre todo si comienzan en la infancia, hace que los niños tengan más riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular en el futuro”, afirma María Van Rompay, autora principal del estudio e investigadora en la Facultad Friedman de Nutrición y Ciencias Políticas de la Universidad de Tufts, en Boston.
Al igual que la relación entre la ingesta de bebidas azucaradas y el riesgo cardiovascular en adultos se ha estudiado en otras investigaciones, hay poca evidencia de lo que ocurre en niños.
Al inicio del estudio, aproximadamente el 85% de los niños consumió bebidas azucaradas durante la última semana y el 18% de estos consumió siete o más bebidas en una semana. Durante los 12 meses que duró el estudio, el aumento del colesterol bueno fue mayor en los niños que disminuyeron su ingesta, en comparación con los que la mantuvieron igual.
“Es importante destacar que estas bebidas, con alto contenido en azúcar y carentes de valor nutricional, están desplazando a otros alimentos y bebidas que ofrecen mejores propiedades y que son fundamentales para el crecimiento y desarrollo de los niños”, puntualiza Jennifer Sacheck, coautora del estudio junto a Van Rompay.