DAVID RUIPÉREZ.– Cuando el concepto de humanización de la Sanidad pasa del plano teórico a la práctica se traduce en iniciativas concretas que a menudo son lideradas por profesionales sanitarios de a pie más que por gerentes o políticos. El III Congreso de Organizaciones de Pacientes ha dado lugar a compartir y debatir sobre experiencias concretas en este ámbito y en otros aspectos de interés para los pacientes y la sociedad como la medicina personalizada o la protección social. Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería, moderó la mesa de humanización, “algo que siempre ha ido en el ADN de nuestra profesión y a lo que contribuyen muchas enfermeras y enfermeros con iniciativas que benefician mucho a los pacientes”.
Una de las iniciativas que se han expuesto es la puesta en marcha por el hospital Sant Joan De Déu de Barcelona, un centro infanto juvenil fuera de lo común. Su directora de Experiencia del Paciente, María Dolores Navarro explica que “se debe contar con el paciente ara la toma de decisiones, buscar constantemente su opinión, lo que medimos a base de encuestas. En nuestro centro, las enfermeras están muy implicadas en que el centro no parezca un hospital, que el niño no deje de ser niño y que no suponga un trauma el ingreso ni los procedimientos. También trabajamos las esperas, para que estén distraídos y por supuesto los padres pueden acompañar a sus hijos en cualquier prueba diagnóstica o tratamiento”.
Cuidar al cuidador
Otro de los casos expuestos en el auditorio ha sido el proyecto Afrodita, de la Sociedad Española de Reumatología. Su coordinador, Juan Martínez, asegura que “eran muchas las mujeres con enfermedades autoinmunes, por ejemplo, con Enfermedad Inflamatoria Intestinal que manifestaban tener muchas dudas en torno a la maternidad, la retrasaban, abandonaban los tratamientos para poder tener hijos o no sabían que anticonceptivos podían usar para precisamente evitar tenerlos. La puesta en marcha de consultas especializadas en el marco e este proyecto ha ido creciente y hay mucha demanda por parte del paciente”.
Por su parte, desde la Confederación Española de Alzheimer (CEAFA), su tesorera, Inés Mª Losa, afirma que “la humanización va más allá de tener unas buenas palabras con las personas mayores, de ser amable. El alzhéimer es un binomio -dos caras de la misma moneda- formado por el paciente que lleva el peso de la enfermedad y del cuidador. Ambos reclaman dignidad. Los ciudadores ven afectada su vida social, laboral y personal, con una gran sobrecarga y estrés. Las políticas sociales y el marco jurídico deben tener en cuenta a los cuidadores.
Coordinación de citas
La jefa de la Unidad del Dolor del Hospital de la Princesa en Madrid y portavoz de la Sociedad Española del Dolor, Concha Pérez, cree que un ejemplo de humanización es el esfuerzo por que los profesionales se coordinen a la hora de las citas, para que el paciente no pierda más días”.
Carina Escobar, presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), manifiesta que “al final, de lo que estamos hablando es de cómo ponemos al paciente en el centro, de cómo le hacemos partícipe de las decisiones que tienen que ver con su salud y cómo no desaprovechamos su experiencia y conocimiento que tienen los pacientes a la hora de innovar en los procesos, que se nos tenga en cuenta en el desarrollo de políticas. El cuidador juega un papel fundamental. Hemos visto su papel en el caso del Alzheimer: un 94% de personas con Alzheimer está cuidado por su familia. La familia, al igual que los profesionales sanitarios, han sido el motor del sostenimiento del sistema social y sanitario y hay que cuidarla”.