GEMA ROMERO.- Diseñar estrategias para propiciar cambios en la directiva europea de medicamentos cancerígenos. Ese ha sido el objetivo principal de la reunión que la Red Europea de Bioseguridad, el Consejo General de Enfermería, así como los sindicatos UGT, CC.OO. y SATSE han celebrado en la sede del Consejo General de Enfermería en Madrid. Esta directiva, aprobada en 2004, ya ha sufrido diversas modificaciones, las últimas en 2017 y 2019. Sin embargo, para los asistentes a la reunión todavía no protege de forma adecuada ni a los profesionales sanitarios ni a los no sanitarios, que están en contacto con estos fármacos, así como a familiares y pacientes.

Tal y como explica José Luis Cobos, vicesecretario del Consejo General de Enfermería y representante de la Red Europea de Bioseguridad, “llevamos años demandando una normativa específica en materia de determinados medicamentos peligrosos, para que profesionales sanitarios, no sanitarios, pacientes y familiares no estén expuestos a los problemas que conlleva su manejo. Es muy importante que generemos una auténtica concienciación y sensibilización ante este grave problema porque, aunque se ha avanzado, todavía es preciso minimizar los riesgos a los que nos exponemos”.

Para ello, tal y como explica Ian Lindsley, secretario de la Red Europea de Bioseguridad, “estamos trabajando para que la Comisión Europea y la Unión Europea en su conjunto incluyan enmiendas en la directiva europea actual relativa a la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes carcinógenos o mutágenos durante el trabajo, para que incluya estos fármacos cancerígenos, además de los citotóxicos, para asegurar la protección de las enfermeras y de otros profesionales sanitarios”.

“En Europa hemos conseguido grandes avances que conllevan la modificación de ciertas directivas europeas y estamos dando pasos para que se incorporen nuevas propuestas que estamos convencidos irán en beneficio y seguridad de los trabajadores y los usuarios”, ha resaltado José Luis Cobos. “También estamos insistiendo en la importancia de la elaboración de una norma a nivel europeo, similar a la que se está elaborando en España, relativa a la normalización de los sistemas de transferencia de medicamentos peligrosos”.

Un problema grave, pero desconocido

A nivel internacional, los fármacos se clasifican en tres grupos en función de su toxicidad. De tal forma que los de grupo 1, los cancerígenos, son los expresamente incluidos en la directiva. Sin embargo, hay fármacos de los grupos 2 y 3, cuyo riesgo relativo se supone menor, que no están incluidos. Como explica Carmen Vide, responsable de salud laboral de Satse, “se ha puesto más la atención en los citostáticos y citotóxicos, pero lo que sabemos científicamente es que los fármacos de los grupos 2 y 3 tienen sus riesgos también, y muy serios”.

Así, por ejemplo, está el caso de la fenitoína, un antiepiléptico de uso común, que realmente es un medicamento del grupo 2 con una toxicidad alta, que puede producir cáncer. Hoy, no se utiliza con ningún sistema de transferencia cerrado de medicación, que es contrario a lo que se aconseja a nivel internacional.

El sintrom, un anticoagulante, cuyo uso está muy extendido, en hospitales, centros sociosanitarios, domicilios… y que, en personas que tienen problemas de deglución, se machaca para facilitar su administración, se tiene el riesgo de estar expuesto por inhalación a determinadas partículas. Y debemos tener en cuenta que el sintrom es un medicamento del grupo 3, que son los fármacos reprotóxicos, es decir, que pueden poner en riesgo la reproducción o la lactancia y es algo que se desconoce absolutamente.

Situación en España

A nivel nacional, el Ministerio de Trabajo está trabajando en el Real Decreto de trasposición de la modificación de la directiva de 2019 una vez cerrado el periodo de consulta pública previa. En este sentido, en la reunión se han presentado las distintas alegaciones que han realizado en este trámite al objeto de que la trasposición ya incluya los fármacos de los grupos 2 y 3 como peligrosos. Tal y como señala M.ª José Díez, de la secretaría de salud laboral y medio ambiente de UGT, “aunque todavía no está en la directiva, sí queremos dejar claro que queremos que se aborde ahora y no en las siguientes trasposiciones, para lo que van a pasar años. Nuestros trabajadores se merecen que actuemos ahora y no dentro de unos años”.

Para Irene Álvarez Bonilla, responsable de salud laboral y empleo de la federación de sanidad de CC.OO., “los sanitarios en su conjunto sufren y están expuestos a este tipo de medicamentos que también son peligrosos, tanto en las combinaciones de pequeñas dosis, como a lo largo de mucho tiempo, por lo que también necesitan medidas de protección”.

Por todo ello, “se hace necesario dar un impulso a nivel normativo. Tenemos muchas guías que aconsejan, pero ya es el momento de obligar a que todas las autonomías en el Estado español tengan una misma regulación para poner la vigilancia sobre la salud del personal expuesto”, subraya Carmen Vide.

Asimismo, al objeto de seguir sumando esfuerzos para proteger a profesionales, pacientes y familias frente a los riesgos de estos fármacos, en la reunión han acordado instar a la Agencia Española del Medicamento para que, en el marco de sus competencias, también aborde este tema.