EUROPA PRESS.- Exponerse al ruido del tráfico afecta a la presión arterial aumentándola. Esta es la conclusión a la que se ha llegado en un nuevo estudio publicado en la revista JACC: Advances. Ya existían informes anteriores que habían demostrado la existencia de una relación entre el ruido del tráfico rodado y un mayor riesgo de hipertensión, sin embargo, no existían pruebas sólidas hasta la fecha que confirmasen que vivir cerca de una carretera con mucho tráfico y un sonido constante de motores, claxon y sirenas puede aumentar el riesgo de hipertensión.
“Nos sorprendió un poco que la relación entre el ruido del tráfico y la hipertensión fuera sólida incluso después de ajustar por la contaminación atmosférica”, afirma Jing Huang, profesor adjunto del Departamento de Ciencias de la Salud Ocupacional y Medioambiental de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Pekín, en China y principal autor del estudio. Mientras que los anteriores estudios eran transversales pero no conseguían demostrar una relación causal, este nuevo trabajo de investigación ha desarrollado un estudio prospectivo con datos del Biobanco del Reino Unido que analizaban los resultados de salud a lo largo del tiempo, lo que les ha permitido demostrar que la exposición a la contaminación atmosférica y al ruido del tráfico intenso influye y es determinante para los valores de presión arterial.
“Estos resultados servirán de apoyo a las medidas de salud pública, ya que confirman que la exposición al ruido del tráfico es perjudicial para nuestra presión arterial”, subraya Huang. Además, este investigador señala que la elaboración de políticas puede aliviar los efectos adversos del ruido del tráfico como esfuerzo social, por ejemplo, estableciendo directrices más estrictas sobre el ruido y su cumplimiento, mejorando las condiciones de las carreteras y el diseño urbano, e invirtiendo en tecnología avanzada para vehículos más silenciosos.
“Hasta la fecha, este es el primer estudio prospectivo de gran tamaño que aborda directamente el efecto del ruido del tráfico en la incidencia de hipertensión diagnosticada recientemente. Los datos demostrados en este artículo aportan pruebas de mayor calidad para justificar la posibilidad de modificar el ruido del tráfico rodado y la contaminación atmosférica tanto desde el punto de vista individual como social para mejorar la salud cardiovascular”, cuenta Jiandong Zhang, especialista en enfermedades cardiovasculares de la división de cardiología de la Universidad de Carolina del Norte, en Estados Unidos y autor del comentario editorial adjunto.
Como seguimiento, los investigadores están realizando estudios de campo para comprender mejor los mecanismos fisiopatológicos a través de los cuales el ruido del tráfico afecta a la hipertensión.