EUROPA PRESS.- Una formulación nasal sintética de la hormona oxitocina podría reducir la ingesta de calorías en hombres sanos, especialmente en el consumo de alimentos ricos en grasas, después de un solo tratamiento, según un nuevo estudio realizado por investigadores norteamericanos.
Los resultados, que han sido presentados este domingo en la reunión anual la Sociedad de Endocrinología en San Diego (EE. UU.), confirman los efectos del estudio en animales que muestran que la oxitocina reduce la ingesta de alimentos. Además, los investigadores descubrieron que mejoró los niveles de los activadores metabolícos, como la sensibilidad a la insulina.
«Nuestros resultados son realmente emocionantes», ha señalado la investigadora principal, Elizabeth Lawson, profesora asistente de medicina de la Facultad de Medicina de Harvard en Boston, quien cree que este ‘spray’ podría servir de terapia contra la obesidad.
Lo cierto es que, según las conclusiones de la investigación, tras su uso, bajó el número de calorías que los hombres consumieron en el desayuno un posterior, siendo ellos de peso normal o sobrepeso. La experta afirma que es necesario un estudio adicional, aunque considera que «la oxitocina es un tratamiento prometedor para la obesidad y sus complicaciones metabólicas».
Pequeño análisis en 25 hombres
Lawson y sus colegas reclutaron para el estudio a 25 hombres con buen estado de salud y una edad media que rondaba los 27 años. De ellos, 13 tenían un peso saludable, y los otros 12 tenían sobrepeso u obesidad. Al azar fueron asignados a la libre administración de una dosis única del ‘spray’ nasal de oxitocina o de ‘spray’ con placebo en ayunas.
Una hora más tarde, los hombres recibían un desayuno que contenía porciones dobles de comida. Después de comérselo, los investigadores midieron la cantidad de calorías que cada hombre ingirió. En una visita posterior, los hombres repitieron el experimento, pero recibieron el tratamiento opuesto (placebo o la oxitocina) a la primera visita.
Según los investigadores, no hubo diferencia en la cantidad de comida que los hombres afirmaron comer durante lo que duró el expertimento. En promedio, los hombres comían 122 calorías menos y 9 gramos menos de grasa en la comida después de recibir el aerosol nasal de oxitocina en comparación con el placebo, según mostró el estudio.
Podría ser que la oxitocina también consiguiera convertir más rápidamente la grasa corporal como combustible para obtener energía. Además, no hubo efectos secundarios graves y no hay diferencia en los efectos secundarios entre la oxitocina y el placebo, según Lawson.
La oxitocina no tuvo ningún efecto sobre el apetito o en las hormonas que regulan el apetito -que fueron medidas en la sangre-, según descubrieron los investigadores. «Por lo tanto, ¿cómo afecta la oxitocina a la ingesta calórica?», se pregunta Lawson, quien recuerda que, en estudios preclínicos, la oxitocina se ha visto asociada a los mecanismo de reducción de apetito en el cerebro.
En cualquier caso, «debido a que la oxitocina tiene efectos específicos por tratarse de una hormona, esta investigación necesita ser estudiada en mujeres, así como en ambos sexos para ver su respuesta con el tratamiento prolongado», ha señalado la experta.