ÁNGEL M. GREGORIS / ALIPIO GUTIÉRREZ.- Ganó el Premio Planeta en 2011 con El imperio eres tú, en su siguiente obra narra una historia real protagonizada por una enfermera y un médico españoles que viajan hasta el nuevo mundo acompañados de 22 niños huérfanos para llevar la vacuna de la viruela.

¿Cómo se le ocurrió el título de esta novela, A flor de piel?

Es verdad que A flor de piel puede parecer un título casi de bolero, pero lo cierto es que lo que cuento en esta novela es una de las mayores sagas sanitarias que han existido en la historia. La llamé así porque cuento la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna que se hizo al inicio del siglo XIX para llevar la vacuna de la viruela a los pobladores de las colonias americanas y Filipinas y realmente en aquella época se vacunaba así, a flor de piel.

¿Cuáles son los antecedentes de esta historia?

No hay que olvidar que la viruela ha sido la primera y única enfermedad hasta ahora erradicada por el hombre desde 1980. La primera vacuna que se inventó fue la de la viruela y surgió porque un médico inglés (Edward Jenner) tuvo la genial intuición de pensar que a lo mejor el virus de la viruela de la vaca podía proteger del virus humano, que era letal y mataba en un 30% de los casos y en otro 30% te dejaba medio ciego. La población indígena de América sufrió muchísimo por la viruela y hubo cientos de millones de muertos en las epidemias durante los tres primeros siglos de la conquista.

A raíz del descubrimiento de Jenner, ¿quién fue el que tomo el testigo en España?

Francisco Javier Balmis era un alicantino con gran vocación médica, un hombre muy abierto a todo lo que era innovación. Cuando apareció la vacuna de la viruela se hizo un experto y se convirtió en el mejor vacunador de Madrid. En el momento en que el rey Carlos IV recibe un despacho del cabildo de Santa Fe de Bogotá anunciando una nueva epidemia de viruela susceptible de matar a la mitad de la población, Balmis le propone llevar la vacuna allí. Como no existía la cadena del frío, la única manera para transportar la vacuna era a través del brazo a brazo con niños huérfanos. Este es el punto de partida de una expedición que sale en un momento muy oscuro de la historia de España porque el Imperio estaba a punto de desquebrajarse y, sin embargo, culminó con un grandísimo éxito porque la gente que la diseñó era gente que dominaba muy bien la tecnología de la época y de alguna manera no fueron a América para vacunar sólo a algunos, sino que llegaron con un plan para hacer vacunaciones masivas. Jenner se quejaba de que los ingleses no hubieran hecho lo que hicieron los españoles, un avance masivo que desarrollaron por el mundo, creando protocolos de aplicación. Las Juntas de Vacunación en el fondo fueron el embrión de lo que hoy es la sanidad pública en estos países.

Afortunadamente, tenemos esta novela donde se recupera esta historia y se incide en la vida de los personajes, que son los auténticos protagonistas de haber constituido un gran hito.

Balmis fue con su ayudante Josep Salvany en un barco con 22 niños de los orfanatos de España y acompañados por una sola mujer, que hoy en día está empezando a ser reconocida como la primera enfermera hispana de la historia. Aunque era gallega, tras la expedición no regresó a España y se quedó en Puebla, cerca de México.

Zendal fue un personaje clave que yo he podido recuperar para la historia. En un principio no sabíamos ni como se escribía su nombre porque había 11 versiones distintas. Esta enfermera fue absolutamente determinante en la expedición porque sin ella no había niños y sin niños no hubiese podido llevarse a cabo este plan.

Consiguió que no muriese ninguno de los 22 niños que hicieron la travesía del Atlántico ni los 26 mexicanos que realizaron la travesía del Pacífico cuando en aquel entonces lo normal es que muriese el 10% del pasaje en un viaje transoceánico. Balmis tenía un genio muy fuerte, pero, sin embargo, le dedicó a Isabel Zendal sus mejores párrafos de alabanza porque el trabajo de la enfermera fue absolutamente único y perfecto.

Es curioso que ella sea más reconocida en México que aquí. La OMS ha creado un premio Isabel Zendal de enfermería y es reconocida como la primera enfermera en misión internacional de la historia. Creo que es hora de que recuperemos a nuestros héroes y los pongamos en el lugar que les corresponde.

¿Cómo fue la vida de una mujer en una misión como esta?

Que viajasen mujeres solas en esa época era considerado de mal fario. Los marineros no la querían a bordo y, además, los niños que llevaron estaban abandonados por la vida y eran auténticos salvajes. Fue una travesía durísima. Ella tenía que trabajar muco para que los médicos pasasen revista a los niños porque sufrían de la adaptación a un medio que les resultaba lejanísimo.

También cuentas la historia de las relaciones personales entre los protagonistas, como al cabo del tiempo Isabel Zendal tiene sentimientos por los dos protagonistas.

Claro, era inevitable que surgiesen conflictos. Ella es enfermera, ella vela por la salud de los niños. Balmis es médico, pero tiene un interés distinto y es que la expedición salga bien. Hay un momento en el que en Puerto Rico necesitan más niños y deciden comprarlos a familias pobres. Uno de estos niños estaba mal de salud e Isabel Zendal les pide que no se lo lleven porque no aguantará. No le hacen caso y el niño muere, por lo que ella se siente engañada y se quiere ir.

La enfermera era una adelantada a su tiempo. En aquella época no se entendía una mujer que tuviese un papel tan relevante como este.

Isabel Zendal había tenido una vida sentimental agitada, tenía un hijo natural en el hospicio que dirigía en La Coruña. Toda su vida desde pequeña había vivido en ese ritmo de la escasez, la epidemia, la enfermedad, pero poco a poco había podido salir de eso. Es una mujer que se hizo a sí misma, una mujer moderna antes de tiempo, que comienza como una niña indefensa y acaba poniendo a todos en su sitio.

En la novela se refleja muy bien ese sentir desde el punto de vista de la enfermería…

Tenemos una heroína en Isabel Zendal. Es nuestra Florence Nightingale y es una pena que sea tan desconocida en España. La manera en que ella se ocupó y defendió a estos niños cuando llegaron a México y les pusieron en un hospicio que era peor de los que salieron de España es absolutamente ejemplar. Todo su comportamiento es ejemplar porque es una mujer recta, dedicada en cuerpo y alma a que los niños que tiene bajo su cuidado estén lo mejor. Estuvieron vacunando y no sólo eso, sino que también enseñaban a vacunar, por lo que se replicaba el sistema y así fue como al fin y al cabo empezó a disminuir la viruela en América Latina.

Es una gran historia de éxito, una historia ejemplar. En México se aprende en los libros de historia como unos niños españoles vinieron a salvarles de esa tremenda enfermedad y es una pena que en España esta historia no se conozca ni haya una calle de Isabel Zendal, una plaza o algo que nos recuerde que tenemos a una gran heroína. La historia de Isabel Zendal habla de la grandeza de la enfermería, que es algo de lo que se habla muy poco.