Enfermeros en política 5/7

Urna

Un total de 13 comunidades autónomas, 8.122 ayuntamientos, 802 diputados de los parlamentos autonómicos y más de 67.600 concejales se juegan su futuro, y el de los ciudadanos, el próximo 24 de mayo en las elecciones autonómicas y municipales. Entre los candidatos hay algunos enfermeros que han decidido dedicarse a la política. En DIARIOENFERMERO.ES hemos hablado con representantes de los principales partidos por toda la geografía española. Aunque nos hubiera gustado contar también con algún enfermero de Podemos, a través del partido ha sido imposible lograr algún contacto. Ordenados de forma inversa a los resultados obtenidos en las anteriores elecciones municipales, analizamos cómo y por qué estos enfermeros deciden dar el salto a la política, con entrevistas que publicaremos a lo largo de toda la semana. En esta ocasión es el turno de Juan Manuel Arazola, número 3 de Izquierda Unida para el ayuntamiento de Huelva.

GEMA ROMERO.- La relación de Juan Manuel Arazola con la política es muy antigua. Vivió en Madrid en los últimos años del franquismo, de los 8 a los 18 años, en plena Ciudad Universitaria, donde se vivía la represión franquista todos los días. “La convivencia con esa situación me llevo a preguntarme muchas cosas, a hablar con mucha gente, y desde los 16 ó 17 años estoy organizado en alguna formación política. El trabajo sindical también me ha ocupado gran parte de mi vida —actualmente forma parte también de UGT Huelva y es el coordinador local del partido— y me ha mantenido en contacto con los que no nos gustan cómo son las cosas y queremos cambiarlas”.

Como enfermero la mayor parte de su vida profesional, desde el año 87, se ha desarrollado en la atención primaria, en el centro de salud de Molino de la Vega, en Huelva capital. Puesto en el que ahora mismo está en excedencia, tras haber sido elegido concejal en las anteriores elecciones municipales. En esta ocasión, como número 3 de la lista, espera repetir resultado y seguir en la oposición.

Segunda etapa

Pero, realmente, para este enfermero onubense se trata de una segunda etapa en la política. Ya fue elegido concejal en el año 95, así como diputado regional en la misma época. Incluso se presentó en las listas al Senado, aunque “desafortunadamente es muy difícil con el sistema electoral español salir elegido”. Después abandonó la primera línea política durante un tiempo, y del 98 al 2011 volvió al centro de salud. “Lo que le había dicho yo antes a mucha gente, de que no vale quejarse y luego no hacer nada, pues me lo tuve que aplicar a mí mismo, ser coherente y no quejarme y quedarme en casa, así que volví”, explica Arazola.

Al fin y al cabo tenía muchas cosas que aportar. “Yo creo que un enfermero tiene ya una preocupación por el bienestar de las personas que le hace mucho más sensible a las situaciones de injusticia, de desigualdad, de pobreza… El concepto de salud que manejamos también nos hace entender que las condiciones socioeconómicas son mucho más importantes para determinar el estado de salud de una sociedad que el propio sistema sanitario. Con ese punto de partida los enfermeros, como otras profesiones inmersas en la problemática social, tenemos por suerte o por desgracia, un paso dado para que nuestro sino sea la participación en sindicatos, partidos políticos, ONGs…”.

Por ello, a su juicio, “todo aquel que crea que las cosas que ocurren no deberían ocurrir o todo aquel que crea que las cosas como son no le parecen bien o no le gustan, debería hacer un esfuerzo y participar en la medida de sus posibilidades y no resignarse. Somos muchos y si muchos nos preocupamos de modificar las cosas, seguramente las cosas cambiarían”, sostiene.

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