EUROPA PRESS.- Practicar kárate de forma continuada mejora la precisión incluso cuando esta empieza a deteriorarse por el envejecimiento, según destaca una investigación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) que ha analizado los efectos de un entrenamiento constante en algunas capacidades cognitivas.
Este estudio, publicado en la ‘Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y del Deporte’, muestra como principal conclusión que las personas de más de cuarenta años que son cinturón negro en kárate registran una precisión superior a personas de su misma edad que no practican esta arte marcial.
«Los efectos adversos de la edad en relación con diversos aspectos cognitivos como atención y coordinación, se relentizan en personas que han practicado, asiduamente kárate y esta práctica ha empezado de forma temprana», ha explicado la investigadora del departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la UCM y autora del trabajo, Mónica Pinillos.
En esta investigación se han analizado los efectos de un entrenamiento constante en algunas capacidades cognitivas de personas mayores de cuarenta años en un total de 275 personas, 55 cinturones inferiores al negro, 110 cinturones negro o superiores y 110 no karatecas. La edad media fue de 29 años con un rango entre los 13 y los 73 años, siendo el 39,3 por ciento mujeres y el 60,7 por ciento hombres.
En todos los participantes se ha medido la velocidad de anticipación, es decir, que la persona anticipe su respuesta con tanta precisión que logre interceptar un estímulo móvil. Esta capacidad está asociada con el envejecimiento y decrece a medida que avanza la edad.
«El kárate es un arte marcial tradicional en el que se coordina la atención, la fuerza, la respiración, el equilibrio, la postura y el movimiento para vencer a un adversario», ha señalado la investigadora.
VELOCIDAD DE ANTICIPACIÓN
El test KCC ha sido el utilizado para medir la velocidad de anticipación de los participantes y se basa en un punto luminoso para representar al objeto en movimiento. La persona tiene que detenerlo en el momento en el que debería cruzarse con una referencia fija, también luminosa, establecida en el recorrido. Este se realiza en diferentes velocidades.
Los resultados han mostrado importantes diferencias en la velocidad de anticipación de las personas que no practican kárate y de las personas que son cinturón negro, siendo la media de los primeros de 28 metros por segundo y de los segundos 37.
No se han mostrado diferencias entre mayores y menores de cuarenta años en el caso de los que practican este deporte, pero sí que se ha observado en personas que no practican este arte marcial ya que los menores de cuarenta años fueron más precisos que los demás. El estudio también ha mostrado que no ha habido diferencias entre sexos ni entre diestros y zurdos.
«Los resultados de este estudio indican que la práctica continuada y adaptada de kárate puede contribuir a la reducción del inexorable proceso de envejecimiento», ha concluido Pinillos.