A. ALMENDROS.- Ante la noticia aparecida en medios de comunicación de La Rioja según la cual las farmacias pasarían a realizar el seguimiento del sintrom, y de las personas con enfermedades crónicas, que no crónicos, “queremos trasladar a las autoridades sanitarias y políticas de La Rioja que la salud de las personas y su atención a la salud no es negociable ni debe utilizarse como moneda de cambio en negociaciones en las que las enfermeras quedan al margen de las mismas. Medidas como las publicadas recientemente no hacen más que limitar la toma de decisiones compartidas y consensuadas entre todas las partes que participan en la prestación de los servicios de salud”, recoge el primer punto del comunicado que la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC), la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), la Federación de Asociaciones de Enfermería Comunitaria y Atención Primaria y la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria.
“Al hilo de esta noticia empezamos a movilizarnos, emitimos un comunicado que se le trasladó a la presidenta de La Rioja donde hemos manifestado nuestra rotunda oposición a que este tipo de controles se llevan a cabo por parte de las farmacias por entender que esas competencias están perfectamente identificadas en el ámbito de Atención Primaria y fundamentalmente por parte de las enfermeras comunitarias, y que no tiene ningún sentido que se traslade ningún control a una empresa privada como son las farmacias con los riesgos que conlleva”, comenta José Ramón Martínez-Riera, presidente de la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC).
Pero más allá del posicionamiento, la Asociación de Enfermería Comunitaria ha lanzado un cartel con el que “queremos que la población identifique y valore que los cuidados profesionales tienen que ser prestados por las enfermeras y en el cartel creo que queda bastante claro”, expone Martínez-Riera. Y es que el problema que puede parecer local porque ha surgido en La Rioja corre el riesgo de generar el efecto llamada o dominó. “Las oficinas de farmacia llevan pidiendo hace tiempo asumir competencias que no les corresponden y que tienen un claro componente mercantilista. Tanto es así que esto puede parecer que es cuestión de celos por parte de médicos y enfermeras, pero no es así. En el posicionamiento ha participado también la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria. Hay que recordar que el control de la adhesión terapéutica y de la polimedicación son competencia de los profesionales de la atención primaria y no al de la farmacia”, añade.
“Nosotros siempre hemos dicho que la farmacia es un recurso comunitario de primer orden en lo que es la atención a la comunidad, pero su incorporación en los procesos de atención tiene que ser analizado, reflexionado y consensuado por parte de todos los agentes que intervienen en los mismos. Lo que no se puede hacer es lo que ha hecho la presidenta de La Rioja, hacerlo de forma unilateral sin haber contado ni informado los profesionales de los equipos de Atención Primaria. Las farmacias pueden intervenir en aspectos que son relevantes, pero son temas que tenemos que trabajar de manera coordinada y sobre todo logrando un consenso, porque si no puede tener resultados muy negativos. Las enfermeras comunitarias, junto al resto de profesionales de atención primaria, son los máximos responsables de la salud de las personas, las familias y la comunidad, aunque somos perfectamente conscientes que no los únicos, por lo que es necesario que no se planteen estrategias al margen de su conocimiento y participación activa”, resalta Martínez-Riera.