RAQUEL GONZÁLEZ ARIAS.- Las enfermeras se encuentran discriminadas por la Administración pública y este es un hecho reconocido públicamente por autoridades sanitarias de distinto signo político.
Hace unos días, lo reconocía la ministra de Sanidad, Mónica García, en su encuentro con los representantes del Consejo General de Enfermería, y hoy lo ha hecho la consejera de Sanidad en Andalucía, Catalina García, en un encuentro al que ha acudido el presidente del Consejo, Florentino Pérez Raya.
Si la primera mostraba su conformidad con la creación de un grupo A unificado, como propone el Consejo General de Enfermería, esta última ha reconocido que la reivindicación enfermera es de justicia, sin embargo, aunque suponga una flagrante discriminación ha añadido un pero y es que conllevaría un esfuerzo presupuestario difícil de acometer en el momento actual. Según sus palabras, la medida exigiría de “un estudio previo por parte del Ministerio” y de “un respaldo económico porque esto supone para las Comunidades Autónomas un montante económico difícil de asumir”.
Dirigir centros de salud
Y mientras se dirime esta cuestión, desde el Consejo no cesan en su empeño porque la realidad actual no sólo tiene una repercusión en la remuneración de enfermeras y enfermeros sino también en su desarrollo profesional ya que les impide acceder a puestos de dirección, por ejemplo, de centros de salud. Sin embargo, el potencial enfermero en puestos estratégicos es un hecho demostrado y para muestra la propia consejera de Sanidad de Andalucía, enfermera de profesión y a cuyo cargo se encuentran más de 35.000 enfermeras y de 25.000 médicos.
Catalina García, Lina en el entorno más cercano y como así la ha presentado la consejera de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Fátima Matute, en un desayuno organizado por Nueva Economía Forum, ha centrado su intervención en la defensa de los profesionales y en el déficit actual, déficit del que, asegura, llevan 5 años advirtiendo sin que se hayan adoptado medidas desde el Gobierno. Tanto García como Matute en su presentación han aprovechado el encuentro para pedir al Ministerio, una vez más, la celebración de un Consejo Interterritorial monográfico que aborde esta cuestión.
En lo que a las enfermeras respecta, la consejera ha destacado su papel en distintos ámbitos como la salud mental, el escolar o el del cuidado de nuestros mayores, poniendo el acento en aquellos que viven en centros residenciales.
Salud mental y enfermería escolar
La salud mental preocupa cada vez más, sobre todo desde la pandemia, aunque posiblemente esta fuera el detonante de algo que ya se estaba gestando en nuestra sociedad y que asusta cuando se pone el foco en determinados colectivos como el adolescente. Esto ha hecho que la salud mental haya saltado a los primeros puestos de las agendas políticas, también de la andaluza.
En este marco, la consejera de Andalucía ha hecho hincapié en el potencial de la enfermería en el campo de la salud mental, tanto en el manejo como en la detección precoz y ahí ha enlazado con otra de las reivindicaciones del Consejo General de Enfermería, la de contar con enfermeras escolares en todos los centros.
Catalina García ha destacado el papel de las enfermeras escolares referentes y su labor en “colegios e institutos cuidando tanto del bienestar físico como emocional” de niños y adolescentes. Las enfermeras, ha defendido, son fundamentales tanto en la detección precoz de problemas de salud mental como en la prevención de los mismos y es que, según ha apuntado, “la mitad de los problemas de salud mental se detectan por debajo de los 14 años y el 70% antes de los 18”. De ahí la importancia de las enfermeras escolares que, integradas en la comunidad educativa y en colaboración con el resto de profesionales implicados, ayuden a atajar el problema. Un problema, ha reconocido, ligado a “la cultura de lo rápido” que lleva muchas a veces a olvidarse de “lo importante, la salud”. Para ello, ha explicado, han puesto en marcha un programa específico que ya el año pasado incluyó la formación específica de profesionales, entre ellos enfermeras escolares, en salud mental.
Los mayores
En su intervención, Catalina García se ha referido también a otro colectivo especialmente vulnerable, el de los mayores y, dentro de ellos, el de aquellos que viven en centros residenciales, unos 40.000 en Andalucía. En este caso, ha explicado que se trabaja en “un proyecto de estimulación cognitiva para permitir la interacción social, evitar soledad y aumentar la autoestima a la vez que incrementamos la estimulación cognitiva”.
En esta línea, además, se ha puesto en marcha un programa de “seguimiento proactivo de la cronicidad compleja en centros residenciales de la mano de las enfermeras gestora de casos, los equipos de las residencias de mayores, equipos de Atención Primaria, médicos e internistas en los hospitales”. Este, asegura, “nos permite el control de los residentes y evitar que se muevan de los centros residenciales”.