ÁNGELA FERNÁNDEZ.- “Cuando supe que era una de las personas que más trabajos presentaba al Congreso me quedé gratamente sorprendida”. La coruñesa Ana Isabel Calvo Pérez ha presentado tres comunicaciones en el Congreso Internacional de Enfermería y se ha convertido en una de las profesionales más prolíficas. Las tres versan sobre su trabajo en el Servicio Galego de Saúde (Sergas) donde trabaja como técnica del Servicio de Integración Asistencial. Considera un “honor” participar en el evento más importante de la Enfermería a nivel mundial.
Calvo ha analizado, en uno de los trabajos, la implantación del Programa Conecta 72 del sistema gallego de salud, donde la enfermería contacta telefónicamente con los pacientes dados de alta poco después de llegar a su domicilio. En otro, describe la metodología del programa Fémora, basado en una página web donde se pueden ver vídeos con procedimientos de enfermería. En el último, detalla cómo se desarrolló la colección de Guías Prácticas de Heridas. “Son proyectos que dan respuesta a demandas de los profesionales, por lo que han tenido una magnífica acogida y están siendo muy bien aceptados”, explica la profesional, que apostilla que estas iniciativas cuentan con el apoyo y revisión de los Colegios de Enfermería de la comunidad autónoma.
Todas las comunicaciones tienen en común las nuevas tecnologías lo que, según la enfermera, visualiza la apuesta “clara y contundente” del Sergas por las TIC. “Estamos en la vanguardia tecnológica y ya hay muchos profesionales adheridos a esta nueva realidad”, añade. Calvo considera que las enfermeras gallegas deben “mejorar su autoestima” porque, aunque sus papel en el sistema sanitario es “protagonista, fuerte e importante”, aún puede llegar a más. “Debemos explorar otras vías para las que estamos plenamente capacitados”, comenta y apunta directamente a la investigación y a la actividad comunitaria en el ámbito de la Atención Primaria.
Hace 15 años que la enfermera coruñesa realizó sus primeras investigaciones cuando ejercía de enfermera en el centro de salud de Mazaricos, en el área de Santiago de Compostela, pero ahora, el trabajar en los servicios centrales del Sergas, dice, “me permitió adentrarme mucho en este campo y, sobre todo, aprender”. Le gustan ambos campos de la profesión y confiesa el valor que le otorga a su ocupación actual: “Desde aquí el trabajo es diferente, no hay contacto directo con el paciente y su familia ni con la comunidad, pero sí con el resto de compañeros. El poder trabajar para mejorar nuestro trabajo es muy gratificante”.