RAQUEL GONZÁLEZ.- La depilación del vello púbico está vinculada a un mayor riesgo de contraer una infección de transmisión sexual. Así lo pone de manifiesto una investigación publicada en la revista Sexually Transmitted Infections del British Medical Journal.
Según este trabajo, el riesgo es mayor entre quienes cortan o rasuran el vello púbico con mayor frecuencia e intensidad, una práctica que los investigadores califican de «preparación extrema».
Tendencia en auge
La depilación púbica, aseguran los autores, es una práctica cada vez más extendida en todo el mundo tanto entre hombres como mujeres, aunque más frecuente entre ellas, y se relaciona con un cambio en la percepción del vello corporal con respecto a los cánones de belleza, aseo e incluso los sentimientos de masculinidad y feminidad.
Como explica Gloria Boal, vocal en representación de la especialidad de Enfermería Obstétrico Ginecológica en el Consejo General de Enfermería, “en España existe también una clara tendencia a depilarse esta zona tanto en el hombre como en la mujer”. La depilación del vello púbico, añade, “tiende a ser más frecuente entre las mujeres que son más activas sexualmente, tanto si tienen pareja estable como si no, y esto se debe a que cuidan más su aspecto con el fin de satisfacer a sus parejas”.
La muestra
Para averiguar el impacto que podría tener esta práctica creciente en las tasas de infecciones de transmisión sexual, los investigadores encuestaron a 14.000 estadounidenses (56% varones) entre los 18 y los 65 años de edad sobre sus hábitos íntimos de aseo personal. A todos ellos, se les preguntó sobre la intensidad con la que recortaban el vello púbico o si llevaban a cabo una eliminación completa del mismo, la frecuencia con la que lo hacían y el instrumento que empleaban para ello. También se les preguntó sobre su historial sexual. Algo más de la mitad, 7470 dijeron que, al menos, habían tenido una pareja sexual.
El perfil
Casi tres de cada cuatro encuestados (74%) reconocieron haber arreglado su vello púbico en alguna ocasión, siendo más frecuente entre las mujeres (84%) que entre los hombres (66%).
Con respecto a la intensidad de esta práctica, los investigadores calificaron de “preparación extrema” a aquellos que eliminaban todo el vello púbico al menos once veces al año. Y se consideró “preparación de alta frecuencia” a los que sólo lo recortaban diaria o semanalmente.
Entre los que habían reconocido realizar esta práctica, el 17% entraba dentro de la clasificación de “preparación extrema” y el 22% de “alta frecuencia”. Además, consideraron que uno de cada diez entraba en ambas categorías al mismo tiempo.
Los investigadores encontraron que los que realizaban estas prácticas tendían a ser más jóvenes y sexualmente activos que el resto. En esta línea, el número de parejas sexuales era mayor entre los considerados “extremos”.
Los instrumentos
La maquinilla de afeitar eléctrica fue la herramienta de aseo más común entre los hombres (42%) mientras que la manual fue más común entre las mujeres (61%). Aproximadamente, uno de cada cinco hombres y mujeres usaban tijeras.
Infecciones de transmisión sexual
En total, el 13% (943) de los encuestados dijeron haber tenido al menos una de las siguientes infecciones: herpes, virus del papiloma humano (VPH), sífilis, moluscos, gonorrea, clamidia, VIH o ladillas.
Después de tener en cuenta la edad y el número de parejas sexuales a lo largo de la vida, los investigadores asociaron la práctica de recortar o rasurar el vello púbico con un riesgo un 80% mayor de tener una infección de transmisión sexual en comparación con los que no realizaban esta práctica.
Asimismo, la intensidad y la frecuencia de esta práctica parecían estar relacionadas con la magnitud del riesgo. Entre los de alta y extrema frecuencia, la práctica se asoció a un riesgo entre 3.5 y 4 veces mayor, en particular para las infecciones que se transmiten por contacto con la piel, como el herpes y el VPH.
Sin embargo, entre el grupo de baja frecuencia e intensidad se duplicaban los casos de ladillas con respecto al resto, lo que sugiere, según los investigadores, que el rasurado podría hacer más difícil que las ladillas se reproduzcan con éxito.
En esta misma línea, apunta Gloria Boal, “la Sociedad Española de Dermatología y Venereología señala que la tendencia a la depilación púbica ha provocado un aumento significativo de contagio de enfermedades venéreas”. De hecho, añade, “los condilomas genitales son la enfermedad que más ha aumentado la casuística en relación con la depilación del pubis. Hay que tener en cuenta que esta enfermedad es prácticamente prevenible manteniendo el vello púbico y utilizando preservativo”. También han aumentado en nuestro país por este motivo otras enfermedades como los herpes genitales y la sífilis. Y es que, hace hincapié Gloria Boal, “el vello en esta parte del cuerpo tiene una función protectora muy importante durante las relaciones sexuales, porque evita el contacto directo de la piel”.
Conclusiones
Para explicar sus hallazgos, los investigadores sugieren que el rasurado podría ser un indicador de niveles más altos de actividad sexual y riesgo asociado de infección. También puede ser, explican, que con el rasurado se produzcan pequeñas heridas en la piel que permitan a bacterias y virus pasar fácilmente. “Si existe una lesión por el rasurado, se facilita el contagio entre las dos personas. Una forma de evitarlo es esperar a que las lesiones cicatricen para tener un contacto íntimo”, aconseja Gloria Boal.
Los autores señalan que es preciso hacer más investigaciones en esta línea, aunque estos resultados pueden servir para que, ante la evidencia de estas prácticas, los médicos pregunten a sus pacientes sobre sus relaciones sexuales, aconsejen sobre prácticas más seguras y les sugieran retrasar la práctica sexual hasta que la piel no se haya recuperado del todo.
Gloria Boal va más allá y es que, en su opinión, “aunque cada uno es libre de decidir el método de prevención que prefiera, lo deseable sería que no se rasurasen ya que la realidad es que muchos de ellos no van a esperar a que se curen las heridas del rasurado para tener relaciones sexuales. De hecho, la depilación la hacen precisamente con ese fin”.