ÁNGEL M. GREGORIS.- Una dieta mediterránea rica en aceite de oliva virgen mejora los beneficios cardioprotectores de las lipoproteínas de alta densidad (HDL), también llamadas “colesterol bueno”, tal y como revela una investigación publicada en Circulation, la revista de la Asociación Estadounidense del Corazón.
Los altos niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL o “colesterol malo”) y los triglicéridos se asocian con un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, y, al contrario, las HDL están relacionadas con un menor riesgo porque ayudan a eliminar el exceso de colesterol en el torrente sanguíneo. “Muchos estudios han demostrado que el HDL no funciona tan bien en personas con alto riesgo de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades cardiovasculares, y que la capacidad funcional de estas importa tanto como su cantidad”, afirma Montserrat Fitó, una de las autoras del estudio y coordinadora del Grupo de Investigación de Riesgos Cardiovasculares y Nutrición del Hospital del Mar del Instituto de Investigación Médica de Barcelona. Además, Fitó resaltó que “los ensayos a pequeña escala han demostrado que el consumo de alimentos ricos en antioxidantes como el aceite de oliva virgen, los tomates y las bayas mejoraba mucho la función del HDL y queríamos probar esto en un estudio más amplio”.
En total, participaron en el estudio 296 personas con alto riesgo de enfermedad cardiovascular. Para hacer los controles se tomaron muestras de sangre al comienzo y al final del estudio. Los participantes fueron divididos en tres grupos con dietas distintas durante un año (dieta mediterránea tradicional enriquecida con aceite de oliva virgen, dieta mediterránea tradicional enriquecida con nueces y una dieta “control” con menos consumo de carne roja, alimentos procesados, productos lácteos con alto contenido de grasa y dulces).
Tras el análisis de los datos, los investigadores encontraron que sólo la dieta “control” redujo los niveles de colesterol total, ninguna aumentó significativamente los niveles de HDL, pero sí mejoraron su función. Y en este sentido, en la dieta con una mayor ingesta de aceite de oliva virgen mejoró mucho más la función del HDL.
Entre las funciones clave del colesterol bueno que mejoró esta dieta se encuentran el transporte inverso de colesterol, la protección antioxidante y la capacidad vasodilatadora.
Para ellos, fue una sorpresa comprobar que la dieta “control” tuvo un impacto negativo en las propiedades antiinflamatorias del HDL. Aunque las diferencias entre dietas eran mínimas porque las tres son sanas, Fitó sí considera que “seguir una dieta mediterránea rica en aceite de oliva virgen puede proteger la salud cardiovascular de varias maneras, consiguiendo incluso que el “colesterol bueno” trabaje de manera más completa”.
“Tanto la enfermera de nutrición como la de Atención Primaria, tiene un papel importante en la adquisición de hábitos saludables que preconiza este estudio. Cuando educamos a la población en el uso sistemático de aceite de oliva virgen, crudo (mucho más efectivo) junto con la ingesta de una dieta equilibrada y variada con abundancia de hortalizas crudas, verduras cocidas y frutas, más un aumento razonable de la actividad física, estamos promoviendo de manera proactiva la prevención de enfermedades cardiovasculares, entre otras”, destaca Marilourdes de Torres, enfermera experta en nutrición responsable de la Unidad de Dietética y Nutrición del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
De Torres considera que el estudio Premided (Prevención con Dieta Mediterránea) ya concluyó en su primera parte que entre las personas con alto riesgo cardiovascular una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra (AOVE) o frutos secos reduce la incidencia de eventos cardiovasculares graves. “Por eso resulta interesante que este estudio que se comenta, ahonde todavía más en las ventajas del aceite de oliva virgen sobre los valores y la función del “colesterol bueno””, concluye.