D.R.- Aunque ya se sabía que sufrir un ictus incrementa el riesgo de demencia, una nueva investigación confirma que todos los problemas en los vasos sanguíneos del cerebro –tanto grandes como pequeños capilares- comunes en personas de edad avanzada también contribuyen de forma significativa al desarrollo de alzhéimer, con una relación entre ambos factores mucho más acusada de lo que se pensaba. Así se desprende de un estudio publicado en la revista científica The Lancet Neurology que deja claro que las patologías de los vasos cerebrales no habrían sido hasta reconocidas como un factor de riesgo para padecer alzhéimer.

Los investigadores del Centro Rush sobre Enfermedad de Alzheimer analizaron los historiales de 1.143 ancianos que habían donado su cerebro para la investigación, de los cuales 478, el 42 por ciento, sufrían alzhéimer. Al diseccionar los cerebros se pudo observar que en el 39 por ciento de los cerebros analizados presentaban moderada o severa aterosclerosis –acumulación de placas en las paredes arteriales que ocluyen el vaso- y el 35 por ciento -401 muestras- tenían arteriosclerosis, es decir un endurecimiento de los vasos.

Los investigadores hallaron que cuanto peor era el estado de los vasos del cerebro mayores eran las posibilidades de que el sujeto tuviera la enfermedad de Alzheimer. El incremento era de un 20 a un 30 por ciento en cada nivel de empeoramiento de las arterias del cerebro. En general, ese deterioro del riego cerebral se tradujo también en una merma de las habilidades cognitiva tanto en las personas con demencia como las que no tenían demencia.

La neuróloga Zoe Arvanitakis, investigadora principal en este estudio asegura que “esperamos que nos ayude a distinguir mejor la expresión clínica de los problemas de los vasos sanguíneos en las personas susceptibles de desarrollar demencia tipo alzhéimer para eventualmente poder emplear terapias tempranas y más dirigidas a este tipo de pacientes”.

En el mundo, unos 47 millones de personas viven con demencia y se estima que en el año 2050 la cifra se haya elevado hasta alcanzar los 132 millones de personas.