ÁNGEL M. GREGORIS.- El uso de internet y de las redes sociales por parte de niños y adolescentes es cada vez más frecuente y en los últimos años se han multiplicado las horas que los menores pasan delante de una pantalla. En muchas ocasiones, el manejo de estas tecnologías de la información y la comunicación por parte de los más pequeños se hace incluso sin la supervisión de un adulto y sin ningún tipo de restricción que les impida adentrarse en determinados espacios impropios para su edad. Este universo digital, abierto de par en par durante una de las etapas de la vida más complicada a nivel emocional como es la adolescencia, puede acarrear grandes problemas a estos usuarios. Y si además son personas con algún tipo de trastorno previo, internet les brinda la oportunidad de alimentar un problema que se va haciendo más grande día tras día. Esto es lo que ocurre actualmente con los adolescentes que sufren trastornos de la conducta alimenticia y que, además, se les proporciona un acceso ilimitado a internet, donde existen más de 23.000.000 de páginas web en las que se dan consejos y se habla sobre cómo dejar de comer o qué hacer para adelgazar muy rápido.
La enfermera madrileña Almudena Bautista ha realizado una investigación para su trabajo de fin de grado sobre cómo influyen estas tecnologías en las adolescentes que sufren anorexia o bulimia y ha rastreado por el ciberespacio para comprobar toda la “desinformación” que se puede encontrar sobre este tema. “Inicié esta investigación porque durante mis prácticas vino al hospital una niña que estaba gordita y tenía mucha ansiedad. Comencé a preguntarle y conseguí que me reconociese que se metía en estas páginas”, explica Bautista, que ha querido detallar en su estudio la importancia de la atención enfermera para prevenir este problema.
El primer paso que siguió la enfermera fue recopilar toda la información posible que se podía encontrar con sólo un click en Google. Bautista recuerda que al teclear “Cómo adelgazar” en el buscador, se le desplegaban un total de 24 sugerencias entre las que se encuentran algunas como: “cómo adelgazar rápido”, “cómo adelgazar vomitando”, “cómo adelgazar trucos de bulímicas” o “cómo adelgazar Ana y Mia consejos”.
Las palabras clave “Ana y Mía” (así es como las personas que sufren estos trastornos denominan a la ANorexiA y a la buliMIA) son las que más se repiten porque es la manera que tienen de intentar esconder a la sociedad esta realidad que están viviendo.
“Google es un campo de batalla. No comprobé que las páginas estuviesen gestionadas por menores, pero podría decir que así es por el leguaje que utilizan, las imágenes y el diseño, que son muy de adolescentes”, destaca Bautista.
Además, casi todas las páginas tienen eslóganes relacionados con princesas. “Ellas relacionan el hecho de estar delgadas con ser princesas. En una de las webs leí una frase que decía ‘Nadie nunca dijo que fuera fácil llegar a ser una princesa’ junto a otras del estilo ‘Todo lo que me alimenta me destruye’ o ‘Cada kilo perdido es un sueño logrado’”.
También es muy habitual que en estas páginas tengan habilitados chats donde se dan consejos unas a otras para conseguir engañar a sus familiares y poder continuar con estos ‘rituales’.
Twitter, Facebook e Instagram también son focos clave en esta contaminación mental que pueden sufrir los menores. “En Facebook e Instagram es más complicado entrar a ver la información que publican, pero en Twitter es alarmante a todo lo que he podido acceder”, puntualiza.
La investigación de Bautista va dirigida principalmente a la prevención, tanto en casa como en los colegios y, por supuesto, en la Atención Primaria.
“Hay que formar al personal sanitario para que sepan que son las redes sociales, que lo conozcan y puedan prevenir que se llegue a estos extremos. Los padres tienen que tener el ordenador controlado, no pueden dejar que los niños tengan un móvil con internet a los 10 años. Y en el colegio se deben dar charlas para concienciar a los adolescentes del peligro que tiene el mal uso de estas tecnologías”, puntualiza la enfermera.
Bautista considera, por ejemplo, que las enfermeras deben saber lo que significa Ana y Mía y preguntar a los adolescentes si ellos lo conocen también. “Si alguna te dice que sí sabe lo que es, debemos investigar más a fondo porque no suelen ser palabras muy extendidas a esas edades. Las enfermeras somos las encargadas de dar educación en los colegios, a los profesores, a los alumnos y a los padres también porque somos una pieza clave en la prevención de estos trastornos”, recalca.
Por último, considera imprescindible que los enfermeros se preocupen por si los pacientes tienen móvil con internet, cuántas veces se meten y en qué redes sociales para poder ayudarles en el caso de que sospechen que pueden estar sufriendo alguna de estas enfermedades mentales.
🙂
Esta genial tu redacción y hay muchas información que
no conocía que me has enseñado, esta genial..
te quería agradecer el tiempo que dedicaste, con unas infinitas gracias, por aconsejar
a gente como yo jijiji.
Besos