ÁNGEL M. GREGORIS.- La insuficiencia cardiaca es una enfermedad provocada porque el corazón se contrae más débilmente y al no poder bombear adecuadamente la sangre se acumula en ciertas partes del cuerpo (piernas, pulmones) y al mismo tiempo otros órganos (cerebro, riñones) reciben menor cantidad de sangre de lo normal. Hasta un 7% de la población y un 20% de los mayores de 65 años lo padecen, convirtiéndose en la primera causa de ingresos hospitalarios en España. La enfermería, como agente de salud más cercana al paciente, es la encargada de ayudar y concienciar a los afectados para mejorar su calidad de vida. Con este objetivo, la Escuela Madrileña de Salud ha organizado un taller liderado por enfermeras. Durante cuatro sesiones, se han puesto de manifiesto consejos de autocuidado para modificar los hábitos de salud de estas personas. “Estas charlas están dirigidas a pacientes que pueden valerse por si mismos y que tengan capacidad para retener conocimientos y mejorar sus habilidades y estilo de vida. También damos la oportunidad a cuidadores y familiares que quieran aprender sobre la enfermedad”, afirma Óscar Aguado, enfermero del Centro de Salud Francia, en Fuenlabrada (Madrid).

A pesar de que en muchas ocasiones son los grandes olvidados, para él, la figura del cuidador es imprescindible para que estos pacientes tengan una buena evolución. “Tener cuidadores formados e informados, que sepan tomar decisiones y ayuden, es básico y fundamental porque ocupan un papel muy importante en la captación de talleres como este”, apunta.

Ana Belén Ramírez, enfermera del Centro de Salud Vicente Muzas (Madrid), explica que estos talleres sirven, además de para lograr que los pacientes amplíen sus conocimientos y habilidades, para que compartan experiencias y mejoren sus expectativas.

La enfermera considera que es necesario ser líderes en este ámbito “porque realmente somos el grupo de profesionales que tenemos esa capacidad formativa, conocimiento y contacto diario”. En esta misma línea, Aguado recalca que poner una enfermera que pueda ser referente para el autocuidado enseña a los pacientes cuáles son los síntomas de alarma para que acudan a su centro sanitario. “Son pacientes que van a tener que modificar el estilo de vida, aprender a comer, a hacer ejercicio físico y van a tener que aprender a vivir con la enfermedad”, puntualiza.

Estas charlas forman parte de las líneas estratégicas del Servicio Madrileño de Salud sobre el abordaje de la cronicidad. “Una de las herramientas más importantes en este sentido es la educación para la salud y los profesionales de enfermería están capacitados para ello”, destaca Javier Roldán, responsable de Centros de la dirección asistencial Oeste de Madrid.

Cocinar con poca sal, controlar los líquidos, las grasas, realizar ejercicio físico, evitar hábitos tóxicos como el tabaco, el alcohol y el estrés son algunos de los consejos que se llevan a cabo en los talleres. “Modificar los hábitos alimenticios es lo más difícil de llevar, pero me parece fenomenal que la enfermería lidere estos talleres y creo que deberían hacerse más cursos como este”, manifiesta Pedro Escolar, uno de los pacientes.