ALICIA ALMENDROS / DAVID RUIPÉREZ.- Tierra, mar o aire, cada vez más enfermeros optan por la carrera militar para ejercer la profesión. Alrededor de 750 enfermeros forman parte de las Fuerzas Armadas. Las misiones de paz les han llevado a Afganistán, Kosovo o Bosnia entre muchos otros destinos donde prestan servicio, atendiendo a sus compañeros. Saben que cualquier día pueden enfrentarse a un ataque o un grave accidente y se entrenan a conciencia para actuar en las peores condiciones, para tomar decisiones acertadas en cuestión de segundos y poner a salvo a los heridos. Muchos trabajan a miles de kilómetros de su país, su familia y amigos, pero su vocación de servicio compensa hasta el punto de arriesgar su vida por los demás.
Para acceder a las Fuerzas Armadas los enfermeros tienen que superar unas pruebas de acceso. “La Administración Pública, a través de la oferta de empleo, establece un número de titulados en Enfermería que pueden acceder al Cuerpo de Sanidad Militar en la escala de oficiales enfermeros, con un proceso muy selectivo a la hora de establecer el cupo de entrada.
Es preciso superar una prueba de conocimientos general y un examen de un supuesto práctico.
Otro requisito es el conocimiento fundamentalmente de inglés, con un nivel determinado que establece el Consejo de Europa, y otras pruebas de tipo psicotécnico y también físicas. Además, hay que complementarlo con méritos académicos y laborales”, explica Antonio González, teniente coronel de la Inspección General de Sanidad.
Formación militar
“Una vez que el opositor supera la fase de ingreso a las Fuerzas Armadas, hay un periodo transitorio, que dura un curso escolar, en el que se les forma militarmente. En el primer trimestre, hay una rotación para conocer las estructuras de cada ejército, y más tarde, una fase específica que se desarrolla en la Escuela de Sanidad Militar”, prosigue González.
“La enfermería militar, desde que se unificó para los tres ejércitos, con la creación de los Cuerpos Comunes, ha evolucionado positivamente, tanto académica como científica y técnicamente”, comenta Juan José Porcar, presidente del Colegio de Enfermería de Zaragoza. Como enfermero militar, Porcar considera que la enfermería militar está bien valorada por el ciudadano que la conoce, aunque falta un reconocimiento más plural. Actualmente se celebran, conjuntamente con la enfermería civil, jornadas, seminarios y coloquios. Además del Congreso Nacional de Enfermería en Defensa. “La Junta de Gobierno que tengo el honor de presidir homenajeó recientemente a los profesionales de enfermería de las Fuerzas Armadas españolas y Cuerpos de Seguridad del Estado colegiados en Zaragoza, en el incomparable marco de la Capitanía General de Aragón. Hicimos nuestra pequeña aportación a la cultura de defensa, tan necesaria en los tiempo que corren”, puntualiza Porcar.
Simulacros
En distintas ocasiones, las cercanías del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla de Madrid se convierten durante unas horas en un campo de batalla. Y es que la Escuela de Sanidad Militar es la encargada del grueso de la formación del personal sanitario realizando cursos de soporte vital avanzado al combate, operador de radiodiagnóstico, asistencia de heridos en combate…, que tienen como punto y final un simulacro donde poner en práctica lo aprendido durante el curso.
Su vocación es innata y trabajan en situaciones límite y en aquellos lugares recónditos donde se les necesite. Varios enfermeros militares cuentan a DIARIO ENFERMERO cómo es su día a día.
Antonio García Avilés, teniente enfermero del Cuerpo de Sanidad de las Fuerzas Armadas
“Durante los temporales suelen ser comunes los traumatismos y la cinetosis”Antonio García es enfermero militar, destinado en el buque de investigación oceanográfica Hespérides, perteneciente a la Armada Española. Durante tres años perteneció a la flotilla de submarinos de Cartagena y desde agosto de 2008 está destinado en el BIO Hespérides.
“Todo el personal que sube a bordo del buque ha de pasar un reconocimiento médico exhaustivo, por lo que la criba de patologías crónicas es prácticamente total”, comenta.
Además, “trabajamos para llevar a cabo una política de prevención e inmunización para cada campaña”, prosigue. Aunque reconoce que, por fortuna, no se ha enfrentado a un conflicto armado ni han sufrido ningún incidente con “piratas”, durante sus años a bordo del buque, “no es raro que existan alertas sanitarias por fiebre amarilla, dengue u otras alertas infecciosas, propias de los países que visitamos. Además el mar es un peligro en sí; recuerdo un temporal en el que llegamos a alcanzar los 42 grados de escora. En este tipo de incidentes suelen ser comunes los traumatismos, así como la cinetosis, o ‘mal del mar’; que de manera habitual son leves y pueden ser tratados a bordo”, relata García.
Emergencias
“Tras todos estos años las emergencias sanitarias han sido unas cuantas pero recuerdo una en concreto. Un miembro de la dotación debutó con una hemorragia digestiva aguda. Hubo que trasladarle desde nuestra posición, en los helados mares del Polo Sur, hasta el hospital más cercano en la Patagonia chilena. Tras un par de semanas, el paciente fue dado de alta y evacuado al hospital Gómez Ulla, que es el último eslabón de las urgencias sanitarias de cualquier misión internacional”, explica.
Para él, el Hespérides ha sido, es y será lo “mejor de mi vida profesional… Pero toda etapa tiene un final, y por motivos personales, no tardaré en cambiar de destino”, finaliza
Loreto Villa, capitán enfermera del Cuerpo Sanitario Militar
“Cuando el aviso se refiere a compañeros te implicas más”Nieta, hija y hermana de militar, Loreto Villa, capitán enfermera del Cuerpo Sanitario Militar, tenía la vocación marcada. “Entré en el ejército hace 14 años. Cuando acabé la carrera trabajé en hospitales civiles pero posteriormente opté por la oposición a la rama militar”, explica. Recién llegada de Afganistán, reconoce que las situaciones de mayor peligro a las que se ha enfrentado son en misiones de mantenimiento de la paz.
Entre sus destinos se encuentran Kosovo, Bosnia y Afganistán. Dada la situación de conflicto que se vive en Afganistán, explica que “los pacientes que atendemos presenta con frecuencia politraumatismos, grandes hemorragias exanguinantes, neumotórax, grandes quemaduras… Suelen ser pacientes por regla general graves”.
Siempre alerta
Sus días están cargados de adrenalina y tensión porque nunca saben cuándo les van a llamar. “Siempre tenemos que estar alerta, lo que se dice “onduty”, es decir, a la llamada.
Vamos conectados a un móvil o a una radio y hay que estar preparados para cualquier evento crítico”, explica. “Uno de los peores momentos que he vivido fue en Afganistán, con un IED, que es un artefacto explosivo improvisado, contra una patrulla española.
Cuando se trata de compañeros tuyos te implicas más emocionalmente y siempre se hace más duro. En ese momento piensas y deseas que salga todo bien y te preparas para dar lo mejor de ti”, relata.
El personal de enfermería suele estar unos dos meses y medio en el destino, “antes estábamos cuatro meses, y antes incluso entre seis y siete meses; pero se vio que se trabaja mejor cuando el tiempo que estábamos desplazados era menor”, prosigue.
Aunque el nombre de “hospital de campaña” pueda sonar un poco precario, los sanitarios cuentan con todos los medios que puede haber en un hospital en España. El material sanitario es muy bueno, pero su reposición es más complicada. “Estamos en un territorio a 6.000 kilómetros de nuestro país y nos lo tienen que reponer mediante viajes en avión. Hay veces que, por cuestiones meteorológicas, ese avión no puede llegar y tenemos que hacer un control del gasto sanitario mayor”, explica. Afganistán o la República Centroafricana serán su próximo destino.
Antonio García Avilés, teniente enfermero del Cuerpo de Sanidad de las Fuerzas Armadas
“Durante los temporales suelen ser comunes los traumatismos y la cinetosis”Antonio García es enfermero militar, destinado en el buque de investigación oceanográfica Hespérides, perteneciente a la Armada Española. Durante tres años perteneció a la flotilla de submarinos de Cartagena y desde agosto de 2008 está destinado en el BIO Hespérides.
“Todo el personal que sube a bordo del buque ha de pasar un reconocimiento médico exhaustivo, por lo que la criba de patologías crónicas es prácticamente total”, comenta.
Además, “trabajamos para llevar a cabo una política de prevención e inmunización para cada campaña”, prosigue. Aunque reconoce que, por fortuna, no se ha enfrentado a un conflicto armado ni han sufrido ningún incidente con “piratas”, durante sus años a bordo del buque, “no es raro que existan alertas sanitarias por fiebre amarilla, dengue u otras alertas infecciosas, propias de los países que visitamos. Además el mar es un peligro en sí; recuerdo un temporal en el que llegamos a alcanzar los 42 grados de escora. En este tipo de incidentes suelen ser comunes los traumatismos, así como la cinetosis, o ‘mal del mar’; que de manera habitual son leves y pueden ser tratados a bordo”, relata García.
Emergencias
“Tras todos estos años las emergencias sanitarias han sido unas cuantas pero recuerdo una en concreto. Un miembro de la dotación debutó con una hemorragia digestiva aguda. Hubo que trasladarle desde nuestra posición, en los helados mares del Polo Sur, hasta el hospital más cercano en la Patagonia chilena. Tras un par de semanas, el paciente fue dado de alta y evacuado al hospital Gómez Ulla, que es el último eslabón de las urgencias sanitarias de cualquier misión internacional”, explica.
Para él, el Hespérides ha sido, es y será lo “mejor de mi vida profesional… Pero toda etapa tiene un final, y por motivos personales, no tardaré en cambiar de destino”, finaliza.
Fulgencio Ros Cegarra, comandante enfermero. Flotilla de submarinos de la Armada en Cartagena
“La situación más temida es lo que se conoce como submarino hundido”El comandante Ros tiene uno de los trabajos más desconocidos y especiales del ámbito militar.
No todo el mundo sirve para encerrarse en un submarino en una travesía que puede extenderse hasta 40 días. Entre las funciones de la enfermería está el realizar los pertinentes reconocimientos para ver si los miembros de la dotación reúnen las condiciones psicofísicas adecuadas. Según explica Ros, “una vez en el submarino, el enfermero debe estar preparado ante las posibles eventualidades que surjan. La mayor parte de los problemas que pueden darse son traumatismos, problemas de las vías respiratorias altas o también problemas digestivos”.
En su dilatada trayectoria Ros recuerda el caso “de un traumatismo importante con un periscopio que atrapó a un suboficial . Tuvo que ser evacuado a Creta. Fue atendido en un hospital inglés y después fue trasladado e ingreso en el Hospital Gómez Ulla, en Madrid.
No son situaciones muy frecuentes, pero ocurren. Asimismo, cuando se procede a una evacuación hay que contactar con la OTAN o con los puertos cercanos”.
Riesgos
Cuando uno navega a mil metros de profundidad la situación más temida es lo que se conoce en el lenguaje militar como un “dissub” (submarino hundido). Se dan entonces varios posibles escenarios. Puede que el submarino esté hundido y haya una vía de agua o incluso otros elementos que empeoren la situación, como un incendio. “El rescate es una posibilidad. Hay submarinos de salvamento y rescate que en 24-48 horas pueden estar en el punto del hundimiento. El problema es si el aire se vicia y deja de ser respirable. Entonces se procedería a la maniobra de escape.
El personal entrenado puede salir si el submarino se encuentra a distancias inferiores a los 100 metros de profundidad. A cotas superiores habría que apostar por el rescate y no siempre resulta sencillo”. El comandante Ros sabe que su profesión entraña un riesgo: “para llevar esta vida tienes que verle el atractivo”, concluye.
http://cuerpodesanidadmilitar.es/ Si quereis saber toda la informacion de estas oposiciones aquí la podeis encontrar .
Buenos dias
Me gustaría saber si existe otra posibilidad de pertenecer al cuerpo de enfermeria militar para aquellas personas que sean mayores de 31 años.
Gracias
Hola, ¿hay exámenes de otros años para verlos y practicar? Dónde se pueden conseguir?
Hola soy venezolana y licenciada en enfermería con experiencia en cualquier área de servicio me ingresa mucho trabajar en estas fuerzas . como aria me podrían ayudar a ingresar cuales son los requisitos hací donde me dirijo
Muy buen artículo
Es una oposición relativamente facil en cuanto al número de personas que se presentan, pero es un trabajo en que hay que tener la doble vocación prestacional de ser MILITAR Y ENFERMERO. Dos vocaciones claramente para servir. http://www.academiaenfermeriamilitar.es
Buenos dias, para el que quiera prepararse la oposición , se puede pasar por academiaenfermeriamilitar punto es
En la última convocatoria una de las bases era ser menor de 30 o cumplir ese año los 30 como requisito de admisión. Sigue siendo así? Gran artículo. Me interesé por la enfermería militar al salir del Parque de las Ciencias de Granada donde está la exposición temporal de Medicina Militar Española. Muy recomendable. Un saludo