REDACCIÓN-. El Colegio de Médicos de Madrid y La Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts) han expresado públicamente su preocupación ante las consecuencias que está generando para la sanidad y los pacientes la entrada en vigor del Real Decreto que regula la prescripción enfermera. En un nota de prensa del colegio y una carta del sindicato a los responsables del Servicio Madrileño de Salud y a la Gerencia de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid, ambas entidades vienen a acusar a los enfermeros y enfermeras de causar un perjuicio al sistema y a la población al negarse a administrar vacunas y otros medicamentos si previamente no han sido prescritos por un médico. El Consejo General de Enfermería ha respondido con contundencia a esas afirmaciones pues la situación actual no es fruto de su voluntad, sino derivada del cumplimiento de la legalidad vigente en materia de indicación, uso y autorización de medicamentos.
La modificación del artículo 3.2 del RD de prescripción enfermera que introdujo el Ejecutivo a última hora y a espaldas de la enfermería dice claramente que el médico en todos los casos debe haber “determinado previamente el diagnóstico, la prescripción y el protocolo o guía de práctica clínica y asistencial a seguir” por parte del enfermero. Es decir, que si los enfermeros de la Comunidad del Madrid –y del resto de España- no están realizando esas labores que antes eran habituales es, sencillamente, porque ahora son ilegales y llevarlas a cabo sin la pertinente prescripción del médico puede suponer un delito. Y de hecho, si el texto legal fue cambiado, denuncia la Mesa, fue a instancias precisamente de la Organización Médica Colegial (OMC), entidad a la que él mismo pertenece y le representa. Y es a ellos, y no a los profesionales de enfermería, ahora atados de pies y manos en sus decisiones en materia de medicamentos, a quienes deben pedir explicaciones.
Aquí puede consultar el comunicado emitido por el Consejo General de Enfermería
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La reciente protesta del Colegio de Médicos de Madrid acerca de la «negativa» o dilación en administrar vacunas y otros tratamientos pautados, por parte de los enfermeros – lo que indudablemente repercute en detrimento del paciente – no hace sino confirmar el cariz «economicista» y no político del RD . Por eso, no es asumida esa inmediata consecuencia, dado que no se ha reparado ni en consecuencias ni protocolos de prescripción inmediata .
Buena parte de los fármacos permitidos en la «Prescripción Enfermera» son tópicos de elevado coste, y empleo en tratamientos prolongados. Determinados sectores facultativos pierden ahí parte de las «prebendas» del laboratorio o casa comercial (congresos pagados, viajes,…etc ), en favor del enfermero. No hay más que esa evidencia de fondo. Ningún gobierno ni coalición va a revocar ese RD. Sí se aplicarán modificaciones, excepciones, o «apéndices» para agilizar el proceso terapéutico…pero la firma del prescriptor y la decisión farmacológica será la del médico. En ningún modo van a perder tales «regalías».
Con el debido respeto y admiración a aquellos médicos que hacen de su esfuerzo una causa por la salud, y muchos de los cuales critican abiertamente el indudable origen del «decretazo».
Que pasa con la «coletilla» escrita en la historia médica de administrar nolotil o lo que sea sí dolor …