GEMA ROMERO.- Numerosos estudios demuestran que la exposición de los bebés al bisfenol A, presente en los biberones hasta 2011, incluso en muy bajas dosis, puede afectar al cerebro, provocar lesiones de próstata, pubertad precoz y favorecer la aparición de problemas de conducta. De ahí que la Unión Europea recomendara que no se utilizara en los recipientes infantiles. Ahora un estudio publicado en Endocrinology, la revista de la Sociedad Americana de Endocrinología, va más allá y sugiere que la exposición de la madre durante el embarazo puede causar daño oxidativo, poniendo al bebé en riesgo de desarrollar diabetes o enfermedad cardiaca a largo plazo.
El bisfenol A es un producto químico utilizado para la fabricación de plásticos y resinas, por lo que se encuentra en una variedad de productos de consumo, incluyendo botellas de plástico, latas de alimentos y los recibos de las cajas registradoras, por ejemplo.
La investigación ha demostrado que BPA es un disruptor endocrino, un producto químico que remeda, bloquea o interfiere en las hormonas del cuerpo. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos han estimado que más del 96 por ciento de los estadounidenses tienen BPA en su cuerpo.
El estrés oxidativo se produce cuando el cuerpo se expone a altos niveles de radicales libres, químicos altamente reactivos que tienen el potencial de dañar las células cuando el cuerpo procesa el oxígeno, y el cuerpo no puede neutralizar los productos químicos con la suficiente rapidez para corregir el desequilibrio. Algunas toxinas ambientales como el humo del cigarrillo, la radiación ionizante o algunos metales pueden contener grandes cantidades de radicales libres o estimular al cuerpo a producir más, según el Instituto Nacional de Cáncer, de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés).
«Este estudio proporciona la primera evidencia de que la exposición al BPA durante el embarazo puede inducir un tipo específico de estrés oxidativo conocido como estrés nitrosativo en la madre y los hijos», señala la autora principal, Vasantha Padmanabhan, de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, Michigan, Estados Unidos. «El estrés oxidativo está asociado con la resistencia a la insulina y la inflamación, que son factores de riesgo para la diabetes y otros trastornos metabólicos, así como la enfermedad cardiovascular», alerta.
Los científicos analizaron muestras de sangre de 24 parejas de madre y niños para examinar los efectos de la exposición al BPA. Se les extrajo sangre a las madres durante el primer trimestre del embarazo para medir sus niveles de BPA y se les dividió en dos grupos: las que tenían menores niveles de BPA en la sangre y aquellas que presentaban niveles más altos. Los investigadores también tomaron muestras de sangre de los cordones umbilicales tras el nacimiento de los bebés y midieron la cantidad de subproductos químicos creados por el estrés oxidativo.
El análisis de sangre reveló que las madres expuestas a niveles más altos de BPA y sus hijos mostraron signos de estrés oxidativo causados por la sobreexposición a los radicales libres derivados del óxido nítrico. Los participantes del estudio tenían grandes cantidades de subproductos generados por este tipo de daño oxidativo en su sangre.
Además de los seres humanos, los investigadores estudiaron los efectos del BPA en el embarazo de ovejas, ratas y ratones. Los científicos alimentaron a los animales con dietas que contenían dosis altas o bajas de BPA y luego midieron el estrés oxidativo resultante de las madres y sus crías a partir de muestras de sangre, corroborando los resultados del estudio en humanos.
«Se ha debatido ampliamente si el BPA es o no dañino para la salud humana -relata Padmanabhan-. Estos resultados demuestran que se necesitan más estudios como éste para determinar el riesgo de enfermedad por la exposición al BPA. Mientras tanto, estas conclusiones indican que las mujeres embarazadas deben reducir al mínimo su exposición al BPA para proteger a sus bebés y a ellas mismas a una lesión oxidante».
La Agencia de Seguridad Alimentaria lo considera seguro
Por su parte, la Agencia de Seguridad Alimentaria de la UE (EFSA, por sus siglas en inglés) ha señalado que, a los niveles actuales de exposición, el bisfenol A «no presenta riesgos para la salud de los consumidores de todos los grupos de edad, incluyendo niños no nacidos, bebes y adolescentes».
La exposición habitual por vía alimentaria o mediante una combinación de fuentes (alimentación, polvo, cosméticos y papel térmico) es «considerablemente inferior al nivel considerado seguro», según el dictamen. De hecho, aunque los expertos de la EFSA han reducido considerablemente el nivel seguro de bisfenol A de 50 microgramos por kilo de peso corporal por día a sólo 4 microgramos, las estimaciones más altas de exposición combinada son entre tres y cinco veces inferiores a este nuevo umbral.
El dictamen de la EFSA choca con la actuación de Francia, que ha prohibido ya el bisfenol A en los envases de alimentos por considerarlo un peligro para la salud.