REDACCIÓN/EUROPA PRESS.- Un nuevo estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 36 países ha revelado que hasta dos tercios de las mujeres sexualmente activas que desean retrasar o limitar la maternidad no usan anticonceptivos por temor a los efectos secundarios, los problemas de salud y la subestimación de la probabilidad de concepción. De acuerdo con los datos del organismo internacional, esta situación llevó a que uno de cada cuatro embarazos fueran no deseados.
La investigación de la OMS incluyó a 4.794 mujeres que tuvieron un embarazo no deseado después de dejar de usar anticonceptivos. El 56 por ciento de las mujeres que quedaron embarazadas no usaron un método anticonceptivo en los 5 años anteriores a la concepción. El 9,9 por ciento de las mujeres que tuvieron un embarazo no deseado indicó que el último método que habían utilizado era tradicional (por ejemplo, el ogino o la ‘marcha atrás’), el 31,2 por ciento usaba un método moderno de corta duración (por ejemplo, píldoras y preservativos) y el 2,6 por ciento anticonceptivos reversibles de larga duración (como DIU e implantes).
Según la OMS, sus hallazgos destacan la necesidad de adoptar un enfoque de toma de decisiones compartida para seleccionar y utilizar métodos anticonceptivos eficaces que se ajusten mejor a las necesidades y preferencias de las mujeres; identificar cuándo las mujeres y las niñas están preocupadas por el método que están utilizando; o permitir que cambien los métodos modernos sin dejar de estar protegidas mediante un «asesoramiento eficaz» y el «respeto de sus derechos y su dignidad».
Los embarazos no deseados siguen siendo un importante problema de salud pública. A nivel mundial, 74 millones de mujeres que viven en países de ingresos bajos y medios tienen un embarazo de este tipo cada año. Esto conduce a 25 millones de abortos inseguros y 47.000 muertes maternas cada año. La OMS advierte que pueden dar lugar a una amplia gama de riesgos para la salud de la madre y el niño, como malnutrición, enfermedades, maltrato o abandono, e incluso la muerte.
Así, reivindican que los métodos modernos de anticoncepción desempeñan un «papel vital» en la prevención de los embarazos no deseados. Los estudios muestran que el 85 por ciento de las mujeres que dejaron de usar anticonceptivos quedaron embarazadas durante el primer año. Entre las mujeres que experimentaron un embarazo no deseado que condujo a un aborto, la mitad había descontinuado sus métodos anticonceptivos debido a problemas relacionados con el uso del método, tales como problemas de salud, efectos secundarios o inconvenientes del uso.
«La planificación familiar de alta calidad ofrece una serie de beneficios potenciales que abarcan no solo la mejora de la salud maternoinfantil, sino también el desarrollo social y económico, la educación y el empoderamiento de la mujer», ha recordado la autora del informe, Mari Nagai, ex oficial médica de Salud Reproductiva y Materna de la Oficina Regional del Pacífico Occidental de la OMS.
Por otra parte, otro estudio de la OMS realizado recientemente en Filipinas ha evidenciado que apenas el 3 por ciento de las mujeres que querían retrasar o limitar la maternidad recibieron asesoramiento anticonceptivo durante su última visita por cualquier motivo a un centro de salud. Solo en Filipinas, se calcula que cada año se producen casi 2 millones de embarazos no deseados y más de 600.000 abortos inseguros.
Además, este estudio ha mostrado que las mujeres con menos educación que no querían estar embarazadas tenían un tercio de probabilidades de usar anticonceptivos modernos que las más educadas. «El acceso a información y servicios de salud sexual y reproductiva asequibles y de alta calidad, incluida una amplia gama de métodos anticonceptivos, puede desempeñar un papel fundamental en la construcción de un futuro más saludable para las mujeres y las niñas, así como en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible», ha defendido el director del Departamento de Salud Reproductiva e Investigación de la OMS, Ian Askew.