EUROPA PRESS.- La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado nuevamente a Liberia libre de ébola tras cumplirse el periodo de cuarentena declarado tras la aparición de un nuevo caso en noviembre, pero ha advertido de que se debe mantener la vigilancia ante la posibilidad de que puedan aparecer nuevos casos.
«Todas las fuentes de contagio han sido contenidas en África Occidental», ha anunciado la OMS, que con ello da por concluido el brote de esta enfermedad que azotó durante 2014 y 2015 a Libera, Guinea y Sierra Leona.
«El trabajo aún no ha acabado, se espera que haya nuevos rebrotes y por ello es crítico mantener sistemas de vigilancia y respuesta fuertes en los próximos meses», ha defendido la organización en un comunicado, dejando claro que existe un «alto riesgo de pequeños brotes adicionales de ébola» en los tres países.
Actualmente, no hay ningún caso confirmado con el virus del ébola (EVD). Los últimos 3 casos confirmados de ébola de Liberia, dados a conocer en la semana al 22 de noviembre, completaron los 21 días de seguimiento, al igual que sus contactos, y han pasado los 42 días sin nuevas notificaciones, lo que ha llevado a la organización mundial a declara nuevamente al país libre de ébola.
Guinea fue declarado país libre de ébola el 28 de diciembre de 2015, 42 días después de que los casos más recientes recibieran una segunda prueba negativa consecutiva para el virus. Mientras que Sierra Leona fue declarada el 7 de noviembre de 2015, y desde entonces el país ha entrado en un período de 90 días de vigilancia mejorada programada para concluir el 5 de febrero el 2016; un programa en el que ahora entrarán el resto de países.
Para gestionar y responder a las consecuencias de los riesgos residuales del ébola, Guinea, Liberia y Sierra Leona han puesto cada uno los sistemas de vigilancia en el lugar para que los trabajadores de salud y miembros de la población a denunciar cualquier caso de enfermedad febril o muerte que sospechan que pueden estar relacionados al virus a las autoridades pertinentes.
COMENZÓ EN MARZO DE 2014
El 23 de marzo de 2014 la Organización Mundial de la Salud declaraba oficialmente el mayor brote de ébola de la historia – una enfermedad de la que ya se sabía 40 años atrás-. Ese día se registraban 49 casos y 29 muertes por la enfermedad, muy lejos de los más de 1.000 casos que se registraban meses después, en noviembre y diciembre, y de las más de 10.000 muertes que ha provocado el ébola.
Desde que comenzara el brote, se han notificado 28.604 casos confirmados, probables y sospechosos han sido en Guinea, Liberia y Sierra Leona, con 11.300 muertes. En Guinea se han notificado 3.807 casos y han fallecido 2.536; en Liberia se han notificado 10.675 casos y fallecido 4.809; en Sierra Leona 14.122 casos notificados y 3.955 muertes. La mayoría de estos casos y muertes se registraron entre agosto y diciembre de 2014, después de lo cual la incidencia de casos comenzó a disminuir como resultado de la rápida ampliación del tratamiento, el aislamiento y la capacidad de enterramiento seguro en los tres países.
El origen de este brote parece situarse a finales de diciembre de 2013 en la pequeña aldea de Meliandou, en Guéckédou (Guinea). La muerte de un niño de dos años y la cadena de muertes que se sucedieron dio lugar a una epidemia sin precedentes que ha provocado 10.194 muertos, 24.701 un casos – según los últimos datos de la OMS-, y ha traspasado fronteras con casos en España, Reino Unido y Estados Unidos.
Sin embargo, no fue hasta la alerta del Centro de Control de Enfermedades de Atlanta (C.D.C.) en Estados Unidos, que hacía una proyección del número de casos probable ajustando su posible evolución con las medidas a tomar, cuando fue tomado en serio este brote de ébola; su estimación era que sin las medidas adecuadas se podría llegar a más de un millón y medio de casos en enero de 2015.
CASOS FUERA DE ÁFRICA
Otro punto de inflexión fue la aparición de casos fuera de África. Esto demostró que el equilibrio entre la investigación, la industria farmacéutica y la realidad del planeta no parecen en absoluto compensados, ya que no fue hasta entonces cuando empezó a verse movimiento en la búsqueda de un tratamiento.
Así, fuera de Guinea, Liberia y Sierra Leona, siete países se vieron afectados con casos: Italia (1 caso), Malí (8 casos, 6 fallecidos), Nigeria (20 casos, 8 fallecidos), Senegal (1 caso), España (1 caso), el Reino Unido (1 caso) y los Estados Unidos (4 casos, 1 fallecido).
La auxiliar de enfermería Teresa Romero se confirmaba como el primer caso por contagio de ébola en España y Europa, en octubre de 2014. La mujer trabaja habitualmente en el Hospital Carlos III-La Paz de Madrid donde tuvo contacto con el misionero Manuel García Viejo, uno de los religiosos fallecidos de ébola tras ser repatriados a España para ser tratado del virus.
La historia se repetía, ya que anteriormente, el sacerdote Miguel Pajares afectado por el virus del ébola y también repatriado a España, se convertía en el primer europeo que fallecía por el virus en el continente, el pasado mes de agosto. Mientras, Romero era tratada y dada de alta el 1 de noviembre.
Esta epidemia lleva consigo varias lecciones que si no han sido aprendidas deben aprenderse, destacaban desde las ONG que atendieron sobre el terreno. Quizá la más importante es que las cosas de África no son estrictamente de África; y la segunda es que la prevención es sale barata frente a una crisis sanitaria.
La epidemia ha sido controlada en gran parte gracias a organizaciones como Médicos del Mundo, Médicos Sin Fronteras o Save The Children, entre otras; a gobiernos como el noruego, el danés o el cubano que han trabajado sobre el terrero, y a miembros del ejército estadounidense e inglés ayudaron a la hora de dar mantenimiento.