EUROPA PRESS.- El Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, ha señalado que «la Covid-19 no será la última pandemia a la que deba enfrentarse la humanidad» y ha llamado a la humanidad a «prepararse para la siguiente pandemia».
«Las enfermedades infecciosas siguen siendo un peligro que acecha a todos los países», ha dicho Guterres, mientras el mundo sigue afrontando la crisis del coronavirus, en su mensaje por el Día Internacional de la Preparación ante las Epidemias.
«Todo brote, dondequiera que surja, puede convertirse en una pandemia», ha añadido el líder de la ONU, que ha pedido «aumentar las inversiones para mejorar la vigilancia, la detección temprana y los planes de respuesta rápida de todos los países, en especial de los más vulnerables».
Además, Guterres ha instado a «fortalecer los sistemas locales de Atención Primaria de salud para evitar que colapsen», asegurar que todas las personas tengan acceso a las vacunas «en condiciones equitativas» y lograr la cobertura sanitaria universal.
«Sobre todo, debemos fomentar la solidaridad mundial para que todos los países estén en condiciones de frenar la propagación de las enfermedades infecciosas apenas detecten un brote», ha proclamado Guterres.
La Covid-19 sigue causando unas 50.000 muertes semanales, dos años después del inicio de la pandemia. Hasta finales de diciembre ha provocado más de 276 millones de contagios y 5,3 millones de muertes.
Un tratado frente a pandemias
Para evitar que situaciones así se repitan, la comunidad internacional acordó a principios de diciembre que habrá un tratado frente a futuras pandemias.
La Asamblea Mundial de la Salud decidió, por unanimidad, poner en marcha un proceso para redactar y negociar una convención, un acuerdo u otro instrumento para reforzar la prevención, la preparación y la respuesta ante las pandemias. El borrador comenzará a negociarse en 2022 y se espera que se apruebe en 2024.
«El proceso puede parecer largo, y lo es, pero no debemos ser ingenuos pensando que llegar a un acuerdo mundial sobre pandemias será fácil», ha indicado por su parte el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el doctor Tedros Adhanom Gebreysus, recordando que al Convenio Marco para el Control del Tabaco le tomó una década entrar en vigor. «Por supuesto, esperamos que este proceso no lleve tanto tiempo», ha matizado.
Tedros, además, ha señalado que los gobiernos deben afrontar «la verdad ineludible» de que no se puede fortalecer la seguridad sanitaria mundial sin reforzar la OMS.
Un grupo de Estados miembros ha estado elaborando recomendaciones para que la financiación de la OMS sea más flexible y predecible. Se debatieron propuestas como un cambio gradual en las cuotas, que se calculan en función del PIB de cada país. Los Estados acordaron que se necesitaba más tiempo para alcanzar un consenso y su proyecto de informe se presentará al Consejo Ejecutivo de la OMS en enero de 2022.
Poner fin al COVID-19
La variante Ómicron continúa propagándose por todo el planeta. La rápida expansión se explica por las mutaciones que la hacen más transmisible, porque causa más reinfecciones entre personas que ya han pasado la enfermedad y puede eludir algunas vacunas y porque, según algunos estudios preliminares, infecta más las vías respiratorias superiores que los pulmones, facilitando su propagación.
Los países ricos han respondido al aumento de casos promoviendo la vacunación de refuerzo, pero la OMS considera que aplicar estas dosis de recuerdo de forma generalizada puede, por el contrario, prolongar la pandemia.
La producción de vacunas ha sido suficiente para haber alcanzado en septiembre el objetivo que fijó la OMS de vacunar al 40 por ciento de la población de cada país. Sin embargo, las «distorsiones en el suministro» han hecho que la mitad de los Estados miembros no hayan logrado esa cifra, según recalcan desde la ONU.
Las proyecciones de la Organización muestran que el suministro de vacunas debería ser suficiente para inmunizar a toda la población adulta del mundo, y para dar refuerzos a las poblaciones de alto riesgo, en el primer trimestre de 2022.
Sin embargo, advierten de que no habrá dosis suficientes para extender los refuerzos a todos los adultos hasta más adelante en 2022. Por eso, piden una vez más a los gobiernos y a los fabricantes que den prioridad a COVAX, que ya ha repartido más de 850 millones de dosis, y al fondo de adquisición de vacunas de la Unión Africana para que todos los países alcancen el objetivo del 40 por ciento lo antes posible, y el del 70 por ciento a mediados de 2022.
La OMS insiste en que las vacunas son «solo una parte del puzzle» y hay que acompañarlas de otras medidas de protección: evitar los espacios concurridos, cerrados y confinados; mantener una distancia física con los demás; lavarse las manos con frecuencia; usar una mascarilla; toser o estornudar en un codo doblado o en un pañuelo de papel; y ventilar adecuadamente los espacios interiores.