Más de 26 millones de personas en el mundo padecen algún trastorno del espectro de la esquizofrenia (TEE). Se trata de patologías con un gran impacto en la salud, el bienestar y la calidad de vida de las personas. Es una enfermedad mental grave que afecta al modo de sentir, de pensar, y también al comportamiento de quienes la padecen. En este trastorno se mezclan las alucinaciones, ideas delirantes y pensamientos y comportamientos desorganizados, así como también sentimientos negativos.
El inicio de este trastorno y su evolución pueden ser variables, esto hace que muchos de los pacientes no sean conscientes de que padecen la enfermedad. A esto se le suman las barreras continuas a las que se enfrentan estos pacientes: retrasos en el diagnóstico, la falta de consultas especializadas, la demora en encontrar el tratamiento farmacológico adecuado o la falta de formación a familias y cuidadores son algunas de ellas. «Una cuestión relevante en relación a esas barreras, y que tiene que ver con la percepción y vivencias de las personas con esta problemática, sus cuidadores familiares y el personal sanitario, pues como se continúa poniendo de relieve en la evidencia, la dignidad de las personas con TEE se encuentra en un nivel bajo debido a la actitud negativa de la sociedad hacia las mismas», cuenta Carlos Aguilera-Serrano, secretario de la Asociación Española de Enfermería de Salud Mental (AEESME) y enfermera especialista en Salud Mental de la Unidad de Salud Mental Comunitaria Málaga Norte – Guadalmedina, del Hospital Regional Universitario de Málaga.
Guía
Con el objetivo de derribar todas estas barreras y ofrecer unos cuidados de calidad a las personas con trastorno del espectro de la esquizofrenia, un comité científico compuesto por ocho sociedades científicas y una asociación de pacientes, ha elaborado la guía «Optimización de la Coordinación entre dispositivos asistenciales en el abordaje de las personas con Trastorno del Espectro de la Esquizofrenia», un documento que recoge criterios de calidad y recomendaciones para la mejora de la atención de las personas con algún trastorno de esta índole. «Estos criterios, aplicables en los diversos dispositivos asistenciales encargados de proporcionar cuidado y soporte a este colectivo, permitirían asegurar una atención sanitaria que cumpla con los más altos estándares de calidad, efectividad y excelencia basados en un consenso amplio y representativo», explica Aguilera-Serrano.
La dignidad de estas personas se ve afectada debido a la actitud negativa de la sociedad
La guía, elaborada por la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA) en colaboración con la Alianza Otsuka-Lundbeck, propone un conjunto de 46 criterios de calidad consensuados por la comunidad científica y las propias personas con experiencia vivida; diseñados para proporcionar el mejor cuidado y soporte, y, en definitiva, configurándose como un instrumento para asegurar una atención sanitaria con los más altos estándares de calidad y eficacia.

Presencia enfermera
Uno de los aspectos positivos que se han encontrado en la guía es la incorporación de la enfermera especialista en Salud Mental, una figura clave para el tratamiento de estos pacientes y la gestión de este trastorno, pues no solo ofrecen una atención más personalizada, si no que también brindan un trato más cercano y accesible. «Una cuestión importante, y que tiene que ver con la visibilidad e identidad profesional del colectivo, es que no es que se hayan incorporado las psicoenfermeras al sistema sanitario, es decir, no es que no existieran, sino que en los últimos años estamos asistiendo al reconocimiento profesional al estar las comunidades autónomas regulando la implementación de la categoría profesional de enfermera especialista en Salud Mental. Una cuestión indispensable e inapelable, que intercede a la prestación de unos cuidados de alta calidad, prestados por profesionales especializados, con las competencias necesarias para desarrollar su trabajo con la máxima calidad, aportando un cuidado experto y de excelencia a la población a la que atiende», sigue.
Las enfermeras ofrecen una atención más personalizada, humana y cercana
Abordaje
«En la Enfermería de Salud Mental, el paradigma actual de la salud, orientado a la promoción de la salud y la salud mental positiva, se considera óptimo para guiar los cuidados y atención en salud mental verdaderamente hacia el bienestar, indistintamente de cuál sea la condición o el estado de salud en que se encuentren la persona y su familia. Es de gran interés para las psicoenfermeras el fomento del desarrollo de fortalezas y activos en salud que incrementen los factores protectores de la salud, así como contrarresten los factores de riesgo o el impacto de la enfermedad. El cuidado centrado en la persona, en la comunidad, y garantizando los derechos humanos y los principios éticos y legales se establece como una cuestión ineludible en el trabajo en el cuidado especializado profesional con las personas usuarias y las familias», asegura este especialista en Salud Mental.
La elaboración de esta guía muestra el camino hacia una atención efectiva, multidisciplinar, personalizada y humana, donde las enfermeras tienen mucho que aportar en el abordaje de las personas con trastorno del espectro de la esquizofrenia.