RAQUEL GONZÁLEZ.- Si queremos que los adolescentes no se inicien en el consumo de alcohol, deben ser los adultos quienes lideren el cambio. Sin embargo, bodas, bautizos, cumpleaños, fiestas navideñas… son situaciones en las que celebración suele equivaler a consumo de alcohol.

Así se ha puesto de manifiesto durante la charla “Alcohol y otras sustancias tóxicas en jóvenes: una responsabilidad de todos”, impartida en la sede Oficial del Colegio de Enfermería de Guipúzcoa por Rodolfo Maceira, psicólogo de la Asociación de Afectados por la Droga, y Josean Fernández, Máster en Prevención y Tratamiento de Conductas Adictivas y Drogodependencias y técnico en Drogodependencias y Mediador Social en Prevención del alcoholismo de AERGI.

Beber a los 11 años

Durante el encuentro, han puesto de manifiesto la conducta de “chavales de 11 y 12 años que salen a beber a horas muy tempranas para que al volver a casa sus padres no detecten que se han cogido ‘el pedo’. Los padres deberían estar muy atentos a cómo se comportan sus hijos al volver a casa, aunque sea temprano, porque esto está ocurriendo”, ha alertado Josean Fernández.

En su opinión, “se deben cambiar hábitos y lo tienen que hacer los adultos, no los adolescentes. Nos toca a nosotros liderar el cambio en la relación con el alcohol. Si queremos conseguir que dejen de hacer lo que hacen, tendrán que dejar de ver lo que ven”.

Amigos y publicidad

Asimismo, han llamado la atención sobre los resultados de un estudio que pone de manifiesto la relación existente entre la exposición a publicidad de bebidas alcohólicas y su consumo. A mayor exposición, mayor consumo. Ese mismo estudio, han subrayado, apuntaba un factor aún más determinante que la publicidad: la influencia del grupo de amigos.

Las claves de la prevención

Según Josean Fernández, las claves para prevenir el consumo entre los adolescentes residen, por este orden, en el ejemplo que dan los adultos, la comunicación con los niños y adolescentes y la necesidad que estos tienen de que se pongan normas y límites a su conducta. La falta de tiempo, el agotamiento o el exceso de trabajo de los padres, ha llamado la atención, no deben ser excusa para dejar que los niños “se críen solos”.

Mayor sensibilidad

Por su parte, Rodolfo Maceira ha señalado que si bien no cree que haya aumentado el consumo de alcohol y sustancias tóxicas entre los adolescentes, sí se ha detectado un cambio en los patrones del mismo y una mayor sensibilidad de los padres que consultan sobre posibles sustancias que han encontrado y alertan de los cambios de conducta que detectan en sus hijos. “La problemática de las drogas siempre ha existido, sigue existiendo y, por desgracia, existirá”, ha concluido Maceira.