MARCOS GÓMEZ JIMÉNEZ-. “Es importante contar con estrategias de prevención que sean sensibles con las caídas, pero no solo con las que observamos en la consulta, también debemos evaluar los riesgos presentes en la comunidad”, ha explicado Silvia Domínguez, enfermera del Instituto Español de Investigación Enfermera del Consejo General de Enfermería (CGE). Lo ha hecho durante la II Jornada Nacional de Caídas, en la mesa titulada Prevención de Caídas en la Comunidad, que ha sido moderadora por Helena Belchi, enfermera e investigadora coordinadora de INCAHES en el Hospital Universitario Príncipe de Asturias (HUPA).
Asimismo, Domínguez ha puesto en valor el papel de la enfermera Familiar y Comunitaria, por su trato con todos los grupos etarios y la continuidad asistencial, ya que están junto al paciente a lo largo de su vida.
“Es importante que las enfermeras estemos formadas en la metodología enfermera a la hora de registrar los datos de nuestros pacientes, para de esta forma saber si tienen más o menos posibilidades de tener caídas”, ha comentado Domínguez, haciendo referencia a su tesis doctoral: Efectividad de la utilización de la metodología enfermera en la incidencia de caídas en población anciana de la Comunidad de Madrid.
Este estudio retrospectivo duró un total de seis meses y demostró que los pacientes que estaban bajo el cuidado de enfermeras que realizaban un registro muy sufrían menos caídas en comparación con aquellos que no llevaban un registro tan formal.
“Aparte del control de los factores de riesgo, es también importante una correcta sensibilización. Las personas mayores, que son quienes más propensos son a tenerlas, no son conscientes de los riesgos que entraña una caída. Por esto debemos dar una información que realmente llegue», ha insistido Domínguez, que considera la prevención como un eje fundamental.
Caídas y Arquitectura
Por su parte, Pilar Chías, catedrática de Arquitectura de la Universidad de Alcalá de Henares, ha presentado su libro Arquitecturas que protegen, un libro que tiene como objetivo “mejorar la calidad de vida de los usuarios de la sanidad en general y de los pacientes más vulnerables en especial”, ha comentado Chías.
El libro busca fórmulas para aquellos que cuentan con discapacidades motoras y cognitivas, una talla distinta, problemas visuales, auditivos o no entienden nuestra lengua. “Con él hemos buscado también concienciar a los alumnos de arquitectura para que en un futuro sean ellos quienes construyan hospitales con una arquitectura más amigable y que evite accidentes”, ha incidido.
Consejo para evitar caídas
A pesar de esto, las personas mayores de 60 años son los que sufren más caídas mortales, que son, según la OMS, la segunda causa mundial de muerte por traumatismos involuntarios. Por lo que trabajar en crear espacios seguros y rampas es fundamental. “Es importante recomendar que no se camine por suelos resbaladizos o encerados, asimismo en casa de personas de riesgo se deben evitar las alfombras y objetos que obstaculicen el paso”, ha recomendado María Josefa Cañas, terapeuta ocupacional del Servicio de Rehabilitación del HUPA.
Asimismo, Cañas ha recomendado instalar pasamanos o bandas antideslizantes en las escaleras en caso de tenerlas en casa. También no levantarse de golpe de la cama, instalar pasamanos en la ducha y la bañera, y en cuanto a la cocina, ha insistido en mantener los objetos a mano y evitar tenerlos en lugares altos y subirse a taburetes o escaleras para alcanzarlos.
Cañas también ha mencionado que cada día mas ciudades intentan adaptarse y eliminar zonas en donde los adoquines, bordillos y empedramientos significan un riesgo.
Caídas y farmacología
Por su parte, Rosario Santaolaya, del servicio de farmacia del HUPA, ha hecho una relación entre las personas que toman muchos medicamentos y el aumento de las caídas. “En estos casos es más importante el tipo de fármaco y las dosis que el número de fármacos”, ha mencionado Santaolaya
Concretamente, la farmacéutica universitaria ha recordado que las prescripciones inapropiadas también están fuertemente asociadas a las caídas, sobre todo de los más mayores.
Santaolaya ha recomendado intentar retirar los antidepresivos a los 6-12 meses en caso de que estos ya hayan hecho su efecto. “También se deben evitar las benzodiazepinas o al menos sus dosis y avisar a los pacientes de la posibilidad de mareos con opioides al inicio de su tratamiento”, ha recordado.