MARINA VIEIRA.- Este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elegido como lema del día mundial del paludismo, que se celebra este martes 25 de abril, «acabemos con el paludismo para siempre» y con ello recuerda que desde la organización internacional se está poniendo «énfasis en la prevención, una estrategia fundamental para reducir los daños causados por una enfermedad que sigue matando a más de 400 000 personas al año», explican en un comunicado.

La organización internacional ha considerado desde hace años como objetivo primordial la prevención de la contracción de esta enfermedad y por lo tanto lleva mucho tiempo apoyando y promoviendo las iniciativas que puedan luchar contra la propagación o contracción de esta enfermedad. En este sentido en noviembre de 2016 anunció que la única vacuna contra la malaria, – que ha sido desarrollada por Pedro Alonso, un científico español- se empezaría a utilizar en proyectos piloto de tres países de África subsahariana. Ghana, Kenia y Malawi son los países elegidos para iniciar este proyecto inicial y según ha confirmado la OMS «la financiación de la fases inicial del programa está asegurada y el inicio de la vacunación está previsto para 2018».

África subsahariana

A pesar de que la malaria se encuentra presente en muchos países del mundo, la elección por parte de la OMS de África subsahariana como primer lugar del mundo en el que se implantará esta primera fase de vacunación no es es fortuita ya que es en el lugar del mundo donde más concentrada se encuentra esta enfermedad. Además datos preocupantes como que «la proporción estimada de la población que duerme al abrigo de mosquiteros tratados con insecticidas ha aumentado del 30% en 2010 al 53% en 2015»,  y que «el número de embarazadas que reciben tratamiento profiláctico se ha multiplicado por cinco entre 2010 y 2015 en 20 países africanos» ha hecho que la decisión de comenzar la campaña en esta región del continente sea incuestionable.

La prevención se centra únicamente en el desarrollo de nuevas vacunas, es una campaña que lleva en marcha en el mundo desde el año 2000 y con la que se han conseguido resultados positivos. «Desde el año 2000, la prevención del paludismo ha tenido un importante papel en la reducción del número de casos y de muertes, fundamentalmente a través de la expansión del uso de mosquiteros tratados con insecticidas y del rociado de interiores con estos productos», explican desde la OMS. Según sus estimaciones más recientes «muchos países con transmisión continua de la enfermedad han logrado una reducción significativa de la carga de la enfermedad. A escala mundial, los nuevos casos de paludismo se han reducido en un 21% entre 2010 y 2015. En este mismo periodo de 5 años, las muertes por paludismo han disminuido en un 29%».

Queda mucho por hacer

Sin embargo, aunque se están consiguiendo avances, la OMS declara que «hay que acelerar mucho el ritmo de los progresos» y se especifica que para conseguir el objetivo propuesto para 2020 de reducir en un 40% los casos es necesario que los «países afectados por paludismo y sus asociados para el desarrollo que intensifiquen las inversiones en la prevención de esta enfermedad» y además la organización solicita «mayor financiación destinada al desarrollo, evaluación y distribución de nuevos instrumentos».

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