REDACCIÓN.- La Comisión de Enfermería del Trabajo del Colegio de Enfermería de Vizcaya ha celebrado la decimotercera edición de su jornada de actualización, tras el parón del año anterior a causa de la pandemia. Durante la jornada, se analizaron y actualizaron conocimientos sobre la especialidad. Tras la inauguración de la presidenta del colegio, María José García Etxaniz, comenzó su ponencia Jordi Delclòs, profesor y catedrático en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Texas en Houston.

Según aseveró el experto, “la protección y bienestar de los trabajadores del futuro van a requerir una visión más integral y holística de la salud laboral, que considera tanto riesgos nuevos como los tradicionales, y sus correspondientes efectos, tanto positivos como negativos. Debemos ampliar nuestra visión tradicional de la salud laboral, incorporando factores personales y factores a nivel de comunidad, integrándolos a lo largo de la vida productiva. Para ello, habrá que reconocer los cambios que ya se están observando en las formas de trabajo y empleo, y anticipar que habrá aún más cambios en el futuro. Habrá que adquirir nuevas habilidades, técnicas y herramientas que nos permitan identificar y medir estos cambios, y traducirlas en políticas y prácticas que puedan ser rigurosamente implementadas y evaluadas en el lugar del trabajo”.

Tal y como indicó el catedrático, “en los últimos años se ha ido profundizando en la relación que existe entre los factores laborales y extralaborales, incluidos los factores personales, sobre la salud y el bienestar de los trabajadores, no solo de manera puntual sino a lo largo de sus vidas productivas y más allá. Estamos asistiendo a cambios, a veces vertiginosos, en las formas de trabajo y empleo, así como a cambios demográficos en las poblaciones trabajadoras, que van a condicionar el grado en el cual se puede mejorar o no ese bienestar”.

“Es necesario entender”, concluyó el experto, “en la medida de lo posible, hacia dónde van estos cambios para poder anticipar y prepararnos para limitar sus efectos negativos y promocionar sus beneficios sobre la salud y bienestar de los trabajadores”.

Posteriormente, intervino María Cadiñanos, enfermera del Trabajo en la Unidad Básica de Prevención de la OSI Bilbao-Basurto-Osakidetza y presidenta de la Subcomisión de Enfermería de la Unidad Docente Multiprofesional de Salud Laboral de Euskadi

La enfermera recordó que el 30 de abril de 2019 el Ministerio de Sanidad acreditó la Unidad Docente Multiprofesional de Salud Laboral de Euskadi (UDMSLE) y que esta unidad ha recibido a sus primeros enfermeros y enfermeras internos residentes en septiembre del año pasado. “Es algo que llevábamos esperando desde 2015, que se solicitó la reacreditación de la Unidad Docente de Medicina del Trabajo como Multiprofesional, para incorporar la formación especializada de Enfermería del Trabajo”.

Según comentó, la UDMSLE “es única para toda Euskadi y, como dispositivos docentes, cuenta con cinco Hospitales de Osakidetza (Araba, Basurto, Cruces, Donostia y Galdakao-Usansolo), con la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo (ENMT) del Instituto de Salud Carlos III y con otras unidades colaboradoras-docentes como OSALAN, el INSS y otros servicios de prevención fuera de Osakidetza. Tenemos acreditadas nueve plazas residente/año en la especialidad de Medicina del Trabajo y cinco plazas residente/año en la especialidad de Enfermería del Trabajo».

El programa formativo de la especialidad establece como objetivo formar profesionales que puedan realizar actividades dirigidas a prevenir, promover, proteger y restaurar la salud de la población trabajadora. Así, para acreditar a los profesionales, «establecimos un Itinerario Formativo Tipo (IFT) con unas rotaciones a lo largo de los dos años por los siguientes servicios: Unidades Básicas de Prevención, Atención Primaria, Urgencias Generales y Traumatológicas, Rehabilitación, Neumología y Cardiología, Dermatología y Alergología, Otorrinolaringología y Oftalmología, Medicina preventiva, Servicio de Radiodiagnóstico y OSALAN”.

La tercera ponente fue Elvira Blanco, enfermera especialista en Enfermería del Trabajo, que actualmente trabaja en el gabinete de la Ministra de Sanidad.

La experta comenzó su intervención describiendo el panorama migratorio actual. Tal y como expuso, “el fenómeno migratorio no es nuevo. La humanidad siempre ha estado en constante tránsito. En 2019 en el mundo, el número de inmigrantes internacionales fue de 272 millones. En España en 2020 los extranjeros residentes, superan los 5,8 millones. Y vemos cada día llegar a nuestras costas, personas con gran vulnerabilidad en busca de una vida mejor. Los Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta Y Melilla y los Centros de Acogida a Refugiados (CAR) de Sevilla, Valencia, Vallecas y Alcobendas, son establecimientos públicos gestionados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones concebidos como dispositivos de primera acogida y residencia temporal, destinados a conceder servicios y prestaciones sociales básicas como alojamiento, manutención, sanidad, entre otros». La experta, como enfermera del trabajo del Servicio de Prevención, lleva trabajando con ellos desde hace casi 20 años, primero en Sevilla y más tarde en los Servicios Centrales del Ministerio, en Madrid”.

En 2017 la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo aprobó un proyecto presentado por el Director del CETI de Melilla que consistía en dar soporte a la creación de dos Centros (CATEM) en las fronteras norte y sur de Costa Rica para acoger a los migrantes que llegaban y se desplazaban por el país. «Fuimos a Costa Rica durante 10 días para poner en marcha el proyecto. Mi trabajo consistió en proponer la vigilancia sanitaria de los trabajadores y los residentes y aquellas cuestiones técnicas de prevención de riesgos laborales en los centros que se estaban diseñando. Aprendí mucho más de lo que yo pude enseñar. El proyecto a día de hoy, sigue adelante», indicó.

La XIII Jornada de actualización de Enfermería del Trabajo concluyó con la ponencia ‘Siete pecados capitales de la enfermería del trabajo’, a cargo de Pablo Tomé, enfermero del Trabajo que ha pasado por varios Servicios de Prevención hasta recalar en el Ayuntamiento de Santander y, asimismo, docente en la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo.

Valoró que “el marco actual en el que se sitúa la Enfermería del Trabajo provoca una distorsión de la imagen que se tiene de la propia especialidad, tanto la que se proyecta a los trabajadores, que son los destinatarios finales de los cuidados que se prestan, como al resto de profesionales de enfermería de otras especialidades y la sociedad en su conjunto”.

También manifestó que “estamos viviendo una precarización en el sector de la prevención. Los servicios de prevención, sobre todo ajenos, para rentabilizar los procesos de fusión y viabilidad del negocio, llevan aparejados una sobrecarga de trabajo meramente asistencial en la producción de exámenes de salud que merma el desarrollo del resto de competencias del profesional de enfermería del trabajo. Esta situación, unida a la escasez de unidades docentes y por tanto de plazas ofertadas, hace que, además de tener una ínfima tasa de reposición, las plazas sean ocupadas por profesionales no especialistas”.

El experto declaró finalmente que, «sin embargo, todo lo anterior no debe ser excusa para que la Enfermería del Trabajo no sea capaz de conseguir un pleno desarrollo de sus competencias, reafirmándose como un claro valor añadido en la salud laboral utilizando todos los medios disponibles como las asociaciones profesionales y los foros de encuentro de profesionales».